Secciones

la costumbre de dormir poco provocaría hipertensión arterial

descanso. Una serie de estudios evidencia las consecuencias de la falta de sueño, que van desde el aumento de la presión hasta la obesidad y la diabetes.

E-mail Compartir

Hay personas que duermen menos horas de las recomendadas, ya sea por el estrés o por alguna condición que predispone al insomnio. Pero este problema puede derivar en un aumento de la presión arterial.

Así lo afirma un estudio realizado por la Clínica Mayo, en Estados Unidos. Los resultados se presentarán hoy en San Diego, durante la edición 64 de la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología. Los detalles fueron publicados en el sitio web de la institución norteamericana.

Los especialistas reunieron a un grupo de personas sanas y de peso normal, de entre 19 y 36 años, quienes participaron en un protocolo de hospitalización de 16 días.

El experimento consistió en someter a los pacientes a un periodo de nueve días de aclimatación. El análisis tuvo dos etapas: el sueño restringido (cuatro horas por noche) y sueño normal (nueve horas por noche), más tres días de recuperación. Los especialistas monitorearon la presión arterial de los participantes.

Los investigadores concluyeron que durante el día hubo un aumento de la presión arterial cuando los participantes durmieron solo cuatro horas. Por otra parte, es posible que la hipertensión y un aumento de la frecuencia cardíaca permanezcan hasta la noche.

"Sabemos que la presión arterial alta, especialmente durante la noche, es uno de los factores de riesgo de las enfermedades del corazón. Por primera vez hemos demostrado que la falta de sueño provoca aumentos de la presión arterial durante la noche", indicó Naima Covassin, médico de la Clínica Mayo, a través de un comunicado de prensa.

predisposición

Otro estudio relacionado con el insomnio se publicó esta semana y afirma que hay personas que están predispuestas al insomnio debido a sus ondas cerebrales.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Concordia (Canadá) y publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience realizó un experimento para explorar, al igual que otros estudios, el impacto del estrés en el sueño.

Aunque los autores del estudio ya tenían claro que los eventos estresantes pueden desencadenar el insomnio, el estudio revela por qué algunas personas son más vulnerables que otras a desarrollar la condición.

En la investigación participaron 12 estudiantes de la institución canadiense. A través de la medición de las ondas cerebrales de los jóvenes al inicio del semestre escolar, el equipo encontró que los estudiantes que muestran una menor cantidad de ondas cerebrales llamadas husos de sueño tienen más riesgo de desarrollar insomnio después de responder al estrés de los exámenes.

"Encontramos que quienes tenían una baja actividad del huso al principio del semestre tuvo una tendencia a desarrollar más alteraciones del sueño al final del semestre escolar, coincidiendo con el periodo de preparación de los exámenes finales", explicó Thien Thanh Dang-Vu, académico líder de la investigación y quien previamente estudió la relación entre el huso del sueño y el estrés.

Lo anterior reafirma que el insomnio varía dependiendo de la persona y sus condiciones biológicas. "No todos estamos igualmente preparados cuando nos enfrentamos al estrés, en términos de cómo podemos gestionar nuestro sueño. Algunas personas son más vulnerables que otras", añadió el profesor asistente de Concordia.

Un estudio presentado esta semana ante la Sociedad de Endocrinología en San Diego afirma que perder 30 minutos de sueño por día puede provocar un aumento de peso y afectar de manera negativa el control del azúcar en la sangre. "Nuestros hallazgos sugieren que evitar la 'deuda' de sueño puede tener efectos positivos para el metabolismo y que dormir mejor puede ser exitoso para perder peso y evitar la diabetes", explica Shahrad Taheri, autor del estudio, perteneciente al Weill Cornell Medical College en Qatar.

6 a 8

horas diarias es lo que recomiendan los especialistas para tener un descanso reparador y mantener un buen rendimiento.

20

minutos es el tiempo máximo de siesta que se requiere para descansar en el día. Algunos expertos la desaconsejan.

la música clásica puede prevenir las enfermedades neurodegenerativas

E-mail Compartir

Un estudio realizado por la Universidad de Helsinki (Finlandia) asegura que escuchar música clásica de manera frecuente activa los genes asociados con la función cerebral y ayuda a prevenir las enfermedades neurodegenerativas.

Hasta ahora se sabía que escuchar música representa una compleja función cognitiva del cerebro que provoca varios cambios neuronales y fisiológicos.

El objetivo de la investigación era establecer las alteraciones genéticas producidas por la música clásica, y para ello se analizó la sangre de un grupo de 48 personas antes y después de escuchar el Concierto para violín número 3 de Mozart.

El estudio, dirigido por el académico Chakravarthi Kanduri, concluye que escuchar música clásica con frecuencia aumenta la secreción de dopamina, la neurotransmisión sináptica, el aprendizaje y la memoria.

Asimismo, contribuye a hacer menos activos los genes involucrados en la degeneración del cerebro y del sistema inmune, lo que disminuye el riesgo de contraer enfermedades como el Parkinson o la demencia senil.

"Los efectos genéticos se detectaron sólo en los participantes que son muy aficionados a la música o músicos profesionales, lo cual destaca la importancia de que la música resulte algo muy familiar", explicaron los autores del estudio, citados por EFE.

Curiosamente, varios de los genes analizados que se activan al escuchar música están presentes también en los pájaros cantores y son los responsables de que este tipo de aves aprendan a cantar.

Este hecho, según los científicos, sugiere que existe "un trasfondo evolutivo común en la percepción de los sonidos entre los pájaros cantores y los humanos".

Los resultados de esta investigación ofrecerían nueva información sobre el origen molecular de la percepción musical y la evolución, y abren la puerta a nuevos descubrimientos acerca de los mecanismos moleculares subyacentes en la musicoterapia.

Estímulo

El estudio afirma que la música clásica estimula la secreción de dopamina. Su disminución es lo que provoca enfermedades como el Parkinson.

"Efecto Mozart"

En 1993 surge la teoría que asegura que los niños que escuchan las obras de Mozart mejoran su razonamiento espacio temporal.