La Sofofa ha planteado un mecanismo para reemplazar la indemnización por años de servicio de quienes se están incorporando al mundo laboral, sugiriendo a cambio, un seguro de cesantía a todo evento, propuesta que ha generado controversia en la Central Unitaria de Trabajadores y gremios representativos de la fuerza laboral.
De acuerdo al Informe Doing Business 2014 del Banco Mundial, Chile es el país OCDE con mayores costos al momento de despedir un trabajador, fluctúa entre 4,3 y 23,1 semanas de salario dependiendo de la antigüedad laboral, que comparado con países como EE.UU., Finlandia, Suiza, Holanda o Japón, que son cero, nos invita al menos a revisar esta situación.
No quisiera cometer el error de analizar esta situación sin ver el contexto adecuadamente, ya que el énfasis de este análisis tiene que ver con el mejor camino para mejorar la eficiencia, productividad y competitividad de nuestro país, en condiciones de menor desigualdad y una mejor calidad de vida.
El nivel de beneficio social o subsidios al cual un trabajador desempleado puede acceder, también es diverso en cada uno de los países OCDE. En este ámbito Chile tiene un índice de Gini de 50,8, lejos de países como los comparados anteriormente.
En consecuencia, podríamos entender que la reducción de beneficios a los trabajadores, sin el acompañamiento de transferencias por condición de desempleo, podría implicar mayores índices de desigualdad por la ausencia de ingresos para mantener los estándares de vida. Sin embargo, la pérdida de competitividad de nuestra producción tiene consecuencias importantes en el mediano plazo, ya que los crecientes costos de mano de obra, por escasez o incremento en los beneficios laborales, podrían restar la posibilidad de acceder a más mercados, por un mayor precio de nuestros productos, aumentando gradualmente los índices de desempleo.
En opinión de algunos, que creemos que la indemnización por años de servicio genera incentivos perversos, tanto a empleadores como para trabajadores, discutir este aspecto de la normativa laboral es fundamental para mejorar las relaciones laborales y la productividad. El promedio de antigüedad laboral en Chile está en torno a los 7 años, por lo tanto, pensar en reducir la cantidad de años tope de indemnización, a cambio de que sea "a todo evento", permitiría premiar el buen desempeño de quienes no se van por factores "negativos". Por otra parte, incentivaría a los empleadores a crear mejores condiciones laborales para reducir la rotación y permitiría tener certeza de los costos reales de personal, por la posibilidad de provisionar los costos futuros de indemnización, todas las anteriores, son razones suficientes para iniciar el debate.
Ramón Rubio