Soy un fiel testigo de que los sueños se cumplen cuando se trabaja arduamente por ellos. El 2003, Felipe Cubillos me invitó a seguirlo en el suyo: fortalecer la formación y empoderar a microemprendedores de sectores vulnerables, para crearse sus propias oportunidades. Juntos construimos el Programa "Pequeños negocios, grandes emprendedores".
Hoy, esta misión la cumplimos desde Desafío Levantemos Chile con una mirada nacional. El camino recorrido no ha sido fácil. Doce años han pasado desde la invitación de Felipe, doce largos años llenos de alegrías y éxitos, pero profundamente marcados por las tragedias nacionales, organizacionales y las más dolorosas de todas, las personales. Pero somos un equipo fuerte, que trabaja duro, con una pasión sin límites por nuestro país y con confianza en su futuro.
El 2012 comenzamos un proyecto ambicioso con la inauguración de nuestra primera Escuela de Emprendimiento Felipe Cubillos Sigall en la comuna de Estación Central (RM). Continuamos al año siguiente con la segunda escuela, ubicada en Valdivia, la que es para nosotros fuente de orgullo, una señal potente de apoyo a una ciudad marcada por el sello de la innovación y el emprendimiento, y una muestra concreta de la importancia que tienen las regiones en el desarrollo del país.
Para este 2015, proyectamos la construcción dos nuevas escuelas. Una en Valparaíso y otra en Concepción, dos centros urbanos altamente poblados donde las personas podrán encontrar herramientas y las oportunidades para realizar sus sueños. Son justamente esas personas, expectantes de tener una oportunidad de aprender a valerse por sí mismas, quienes nos motivan.
Hoy, nuestro sueño es contar con una escuela en cada región en un plazo de cinco años. El objetivo no es un mero capricho, es la respuesta a una necesidad urgente del país. En cada una de ellas podremos seguir generando vínculos entre quienes quieren aprender a emprender con el Estado, universidades, sus alumnos, voluntarios y toda la sociedad civil. Queremos que sean polos de cambio, donde se incube un verdadero cambio cultural. El mismo cambio que nos impulsó a actuar y que cobró nuevas alturas tras el 27F. Fue esa tragedia la que derribó los muros que nos ocultaban lo que Felipe Cubillos llamó "terremoto social". Ése que no cesa de remover los débiles cimientos sobre los que (sobre)viven miles de chilenos.
Goran Ahumada