En días recientes se realizó en la antigua misión de Trumao, a 31 kilómetros de Osorno, la Cuarta Feria de Cultura y Turismo. Los visitantes además de degustar una exquisita gastronomía, adquirir fina artesanía y disfrutar de una lucida gala artística, tuvieron oportunidad de observar el encanto del soberbio valle del río Bueno conectándose con la bella naturaleza del entorno que invitó a la meditación.

Además de todo ello, la centenaria iglesia de la misión de Trumao abrió sus puertas para celebrar una singular y novedosa misa latinoamericana.

El interior del edificio del siglo XVIII, declarado monumento nacional, fue toda una sorpresa para los fieles donde se encuentran sorpresas y antiquísimos huellas de la labor de padres capuchinos. Hay viejos reclinatorios para orar, antiguos confesionarios de madera ya en desuso, imágenes del siglo XVIII, vitrales hermosos y de vivos tonos. Una antigua inscripción de sepulcro al interior del templo dice relación con uno de los clérigos -Joaquín de Ancona- sepultado allí al pie del altar mayor. Altares secundarios de hermoso colorido y místico estilo, antiguos óleos sobre tela con marcos bien conservados. Está realzada la antigua imagen sagrada de San Francisco, patrono de la Iglesia. El templo de madera fue restaurado con el aporte de las hermanas Iroumé Carrére, en memoria de sus padres, antiguos vecinos de Trumao.