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Universitarios trabajan en la cosecha de berries para pagar matrículas y mensualidades

tendencias. Los estudiantes se desempeñan tanto en las faenas de recolección de frutas en los huertos como en packing, cámaras bajo cero y bodegas. Administradora de firma Austral Berry señala que representan el 20% de su fuerza laboral.
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lyevenesc@australosorno.cl

Mientras el sol se mantiene implacable con aquellos que trabajan en el campo al mediodía, dentro de la cámara de refrigeración donde se lleva a cabo la conservación y envasado de los arándanos, la temperatura es por lo menos un par de grados bajo cero.

Por lo mismo, Bárbara Barría, estudiante de la carrera de Técnico en Enfermería en el Iprosec de Osorno, llegó a trabajar con traje térmico y una serie de prendas de ropa que la mantienen con buena temperatura. Y así como ella, son decenas de estudiantes universitarios los que durante los meses de verano aprovechan de trabajar en una de las tantas labores que ofrece la recolección de berries, ya sea para pagarse la matrícula en marzo una vez iniciadas las clases o para lograr costear en parte las primeras mensualidades del año.

Leyenda

Mauricio Guarda viene todos los días de La Unión a trabajar al sector de Trafún, en San Pablo, donde recoge durante la semana los arándanos que se cosechan en Austral Berry. Mauricio, de 20 años, ya tiene experiencia en este tipo de tareas, pues desde hace 3 años que cumple con la misma labor durante el verano, a modo de financiarse los costos iniciales de la carrera de Traducción de Inglés con mención en Negocios Internacionales que cursa en Inacap y donde ya lleva su tercer año como estudiante.

Al día debe hacer por lo menos 24 bandejas, aunque como el mismo lo confiesa, "no soy el más rápido en esto".

Pese a ello se las arregla para cumplir con los requerimientos de la empresa y así alivianar la carga a sus padres en el tema económico.

Guarda indica que la labor se acomoda a lo que él busca, ya que como la temporada de cosecha comienza a mediados de enero, alcanza a tener vacaciones entre diciembre y la fecha del llamado laboral. También señala que le ayuda para el resto del año, ya que el levantarse temprano le genera el hábito de un horario muy similar al de clases.

Además, dice que el trabajar en la cosecha lo entretiene, ya que aprovecha de conocer y conversar con mucha gente.

"Nunca sabes con quién te va a tocar en la hilera de enfrente y ahí uno aprovecha de hablar, reírse y que pase más rápido el día", señala.

Eso sí, admite que el calor es uno de los puntos más delicados, por lo que entre las recomendaciones que les entregan al comenzar a trabajar, está proteger los brazos y la cara.

"Aquí todo depende de uno. Si veo que voy bien encaminado, me puedo poner a descansar en la sombra. Eso sí, aquí existe la leyenda de un trabajador que cosecha súper rápido. Dicen que sólo en la mañana alcanza a juntar 25 bandejas. No he tenido la suerte de conocerlo", dice el joven, quien aclara que por cada bandeja más que recolecta se le suman 500 pesos adicionales.

Bajo cero

Tras completar dos años además de la práctica profesional, Bárbara Barría se encuentra a punto de recibir su título profesional. El problema para ella era lograr reunir el dinero para pagarlo. Por ello, hace dos semanas decidió ingresar a trabajar en una empresa agrícola, donde empaca arándanos en pequeñas bandejas de plástico transparente, los cuales deben cumplir con las normas exigidas para su exportación.

"Estoy trabajando para reunir los $100 mil que me cuesta el título, pero también para pagar una matrícula y parte del arancel que me queda", dice la joven de 19 años que calcula logrará alcanzar la suma que necesita antes de que finalice la temporada de frutas, que es a finales de marzo.

Y si bien nunca antes había trabajado, la necesidad de lograr esa meta académica y un aviso que escuchó en la radio la hicieron decidirse.

"Afortunadamente este es un trabajo que no es complicado, pero eso sí, hay que ser rápida para llevarlo a cabo, ya que la fruta tiene un tiempo de duración y con eso hay que trabajar", indica la mujer con residencia en Francke.

Con hora de entrada a las 10 en punto, Bárbara comienza a seleccionar los arándanos que van directamente a las bandejas y a desechar las que no cumplen con los requerimientos de exportación. Entre ellos los frutos que se encuentran resecos, deshidratados o que estéticamente no aprueben los estándares de calidad.

Entre las experiencias que le han tocado vivir en estos pocos días de trabajo, se cuenta tener que venir muy abrigada a a pesar de que cuando llega el sol se pega con fuerza.

Bárbara señala que aunque hasta ahora le ha complicado tener que dejar a su hijo Benjamín de cuatro años al cuidado de su madre, sabe que la experiencia le ayudará a conseguir el título que ansiosamente espera sacar en marzo.

Futuro

Armin Rodríguez antes de empezar a trabajar tenía claras dos cosas: que le cuesta mucho desempeñar una labor bajo el sol y que a la vez necesitaba ganar algo de dinero antes de entrar a su segundo año de Agronomía en la Universidad Austral.

Por lo mismo, al entrar a trabajar en la cosecha de arándanos pidió desempeñarse en una labor donde pudiese descansar de las altas temperaturas, tras lo cual quedó como responsable de 5 bodegas de materiales bajo las órdenes de un supervisor.

Aún así Armin indica que el trabajo es de alta responsabilidad, pues en ellas se concentran materiales de embalaje de exportación, de fertilización, agroquímicos y material de trabajo en los huertos.

"El trabajo también implica esfuerzo, ya que hay que estar pendiente de lo que entra y sale, donde se aporta a la labor que realizan los cargadores al llegar o irse mercadería", indica el joven de 19 años.

Entre las ventajas del trabajo, Armin señala que le queda muy cerca de su casa (ya que vive por la Ruta 5) y por ello no gasta en locomoción.

Karina Orellana, administrativa de Austral Berry , señala que en los últimos años han trabajado bastante con los estudiantes universitarios. "Ellos hoy en día no se cuestionan la labor que van a hacer y sólo piensan en conseguir los recursos para costearse ciertos gastos de estudio", señala la ejecutiva, quien detalla que los universitarios conforman el 20% de la fuerza del trabajo de la firma en la actualidad.

"En general empiezan a llamar en diciembre, a investigar y ver qué pueden hacer aquí . Son personas esforzadas que trabajan para lograr sus metas", dice Orellana.