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Absuelven a tío y sobrino acusados de asaltar a guardia de seguridad

justicia. Tras pasar seis meses en la cárcel de Osorno, Rodrigo Aguilera Barría enfrentó el juicio junto al menor M.A.D.A. (16 años), tras ser detenidos en mayo de 2014 por un delito que se comprobó no habían cometido. Desde el 2003 a la fecha -cuando partió la reforma procesal penal- van 178 casos en que los acusados de graves delitos terminaron en libertad tras enfrentar a los jueces.

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"Los seis meses que pasé detenido estuve muy mal, sobre todo porque yo era el sustento de mi casa y cada visita que mi mamá me hacía era un gasto más. Eso me desesperaba, aunque siempre mantuve la confianza. Yo sabía que era inocente y que se cometía una injusticia conmigo".

El relato de Rodrigo Abraham Aguilera Barría, de 21 años, da cuenta de los difíciles momentos que atravesó tras llegar a la cárcel acusado de un robo con violencia en contra de un guardia de seguridad.

El hecho por el cual se le imputó y luego se le envió a prisión preventiva ocurrió el 17 de mayo de 2014 en calle Ramírez, en las cercanías del antiguo puente San Pedro. En aquella ocasión, la víctima del robo habría reconocido a los dos autores -tío y sobrino- a través de un set fotográfico.

lesión

Tras salir de prisión el pasado jueves, una vez que se leyó el veredicto del Tribunal de Osorno que lo absolvió a él junto a su sobrino de 16 años (iniciales M.A.D.A.), Rodrigo reconoció que "ahora estoy más tranquilo con la familia. Espero que de algo sirva esto que se cometió conmigo, que no vuelva a pasar. Espero que los jóvenes a la hora de sufrir alguna lesión lo denuncien. Acá (en la población Manuel Rodríguez, donde vive) todos nos conocemos y por eso no quise perjudicar a quien me hirió en la espalda, ni andar metido en líos, por eso no denuncié al muchacho que me agredió".

La agresión a la que alude Aguilera, la sufrió en su población por parte de un conocido en las cercanías de su casa, la misma madrugada del 17 de mayo en que ocurrió el robo, pero en el otro extremo de la ciudad.

Según lo expuesto en el juicio, en las cercanías del antiguo puente San Pedro un guardia de seguridad fue abordado por cuatro personas, tres hombre y una mujer. Uno de ellos lo atacó con un arma blanca, con la cual le provocó diversas lesiones. No obstante la víctima se la arrebató y también lo hirió en diversas partes del cuerpo.

Finalmente, tanto Aguilera como el guardia llegan hasta el Hospital San José, provenientes de distintos puntos de Osorno y se entrelazaron ambas historias, vinculándose a Aguilera como el hombre al que la víctima de robo había herido, mientras que el sobrino menor de edad sería uno de los cómplices.

familia

Su madre, Brígida Barría, señaló que "estos meses fueron los peores que me han tocado vivir. Mi hijo siempre ha sido muy preocupado de nosotros. Nunca había estado involucrado en nada delictual".

Explicó que como familia recién en la audiencia de formalización se enteraron de que acusaban a su hijo y nieto.

"No podíamos creerlo, porque nosotros sabíamos cómo habían sido las lesiones que él tenía en la espalda. Si no hubiese sido por el llamado que hice al colectivero que lo trasladó al hospital, quien llegó a mi casa y me contó lo que él sabía, no sé qué habría pasado ya que él declaró en el juicio. Ello demostró que mi hijo no podía estar en dos partes a la vez. Le agradezco infinitamente porque su testimonio ayudó a demostrar la inocencia de mi hijo", expresó.

Hoy, quien estuvo privado de libertad por medio año, espera retomar sus proyectos. "Yo trabajaba bien, soy soldador en acero inoxidable. No tenía ninguna necesidad de andar metido en cosas raras", indicó Rodrigo, quien ya la próxima semana espera conversar con sus empleadores para retomar su trabajo que por años ha realizado.

El menor M.A.D.A., quien si bien no estuvo detenido, debió declarar varias veces respecto a su vinculación al caso.

"Yo estaba muy sorprendido, no sabía bien qué era lo que pasaba, ni de qué me acusaban. Sin embargo la Fiscalía estaba pidiendo para mí cinco años de cárcel", dijo el joven, que hoy espera poder inscribirse para realizar el Servicio Militar y luego continuar con una carrera al interior del Ejército.

Por su parte, el defensor público Rigoberto Marín, que estuvo a cargo de demostrar la inocencia del menor, tras la lectura de sentencia que se realizó la mañana de ayer, indicó que "fue lamentable lo que le tocó vivir a estos jóvenes en donde una de las declaraciones fundamentales fue la que realizó la persona que le provocó las lesiones a Rodrigo Aguilera".

De acuerdo al defensor, "él fue citado a la Fiscalía por petición de la defensa en más de una oportunidad, pero nunca se le tomó la declaración y eso lo expresó en el juicio oral. Estas situaciones fueron las que ayudaron a esclarecer que mi defendido no estaba involucrado en el hecho que le imputaban", argumentó Marín.

papeles limpios

El abogado defensor particular, Juan Pablo Sandoval, que con mucho esfuerzo fue contratado por la familia de Rodrigo para asesorarlo en el juicio oral, se mostró conforme con el fallo.

"La semana pasada pudo volver inmediatamente a su casa, que fue lo que decretó el tribunal y ahora quedan sus papeles como si nada hubiese pasado", explicó.

Al ser consultado respecto a si había sido un error por parte de la Fiscalía, el abogado señaló que "en teoría no estamos frente a un error, porque aquí no hay resolución de algún tribunal que haya considerado que alguno de estos dos jóvenes fuera culpable. Al contrario, la resolución del tribunal consideró las pruebas y que ambos jóvenes eran inocentes, por lo tanto no se darían los requisitos del error judicial que se llama, en donde uno podría demandar al Estado y buscar que estas familias fueran indemnizadas por el daño que se causó. Aquí el tribunal habría actuado como corresponde, el tema es que la fiscalía estimó que las pruebas que tenían eran suficientes para acusar a estos jóvenes".

El abogado de Aguilera agregó que es bastante común que se den estos casos en donde se termine absolviendo a los imputados. "El problema es que Rodrigo pasó mucho tiempo en prisión preventiva a pesar que se pidió la revisión de las medidas cautelares en dos oportunidades", añadió.

La Fiscalía estaba pidiendo para Rodrigo Barría ocho años de prisión, mientras que para el menor de edad solicitaban cinco años. Ahora los dos jóvenes esperan que la Fiscalía no apele el fallo.

Desde 2003 a la fecha -cuando partió la reforma procesal penal- van 178 casos en que los acusados de graves delitos terminaron en libertad tras enfrentar a los jueces.

A partir de 2013 la Defensoría Penal Pública se encuentra trabajando con un programa denominado "Proyecto de Inocencia", que busca reparar en parte el daño provocado a las personas a quienes se les imputó un delito y se les encarceló siendo inocentes. Hoy en día en la Región de Los Lagos hay cuatro personas que se encuentran dentro de este proyecto y uno de ellos es el osornino Marcelo Avilés, un colectivero acusado de abuso sexual y secuestro, quien debió pasar más de 10 meses privado de libertad tras ser reconocido erradamente por la víctima. Otro de los casos que hoy se evalúa para poder ingresar a este proyecto es el de un hombre de 36 años acusado de robar 4 mil pesos a un anciano de 88 años de edad en Osorno. El obrero de Rahue Alto debió pasar siete meses en prisión preventiva. Hoy se estudia que los jóvenes también puedan ingresar a este proyecto.

10 días tiene la Fiscalía local

para apelar al falló o pedir la nulidad del juicio oral a la Corte de Apelaciones de Valdivia.

4 podrían ser

los osorninos que entrarían al Proyecto Inocentes de la Defensoría Penal Pública.

8 y 5 años

de prisión solicitaba la Fiscalía por el delito de robo con violencia para el tío y sobrino respectivamente.