Director de 'Relatos salvajes' y el Oscar: 'Más no se puede pedir'
cine. El argentino Damián Szifrón está a la espera de que el próximo 22 de febrero la Academia entregue su veredicto en la categoría 'Mejor Película Extranjera', a la que está nominada la cinta.
El director argentino Damián Szifrón estaba en la playa junto a su familia cuando se confirmó que sería uno de los nominados a los premios Oscar por su película 'Relatos Salvajes'. Había decidido no seguir la transmisión en vivo del anuncio de las candidaturas y simplemente relajarse.
El próximo 20 de febrero su película será estrenada con el título 'Wild Tales' en Estados Unidos, dos días antes de la entrega de los premios de la Academia. La cinta tendrá la tarea de competir con 'Ida' (Polonia), 'Leviathan' (Rusia), 'Tangerines' (Estonia) y 'Timbuktu' (Mauritania). 'No se sabe qué pasará', dijo Szifrón a EFE desde su hotel en California.
'Nuestros distribuidores aman la cinta y están tan entusiasmados como nosotros, pero cuando llegas a un grupo tan reducido de películas de todo el mundo, todas tienen posibilidades. La que gane será justo. La filosofía es estar agradecido por llegar hasta acá. Creo que más no se puede pedir', reflexiona sobre el buen momento que vive.
Pero el director de la exitosa película que gira en torno a seis historias no estaba en Estados Unidos cuando supo que competiría por la estatuilla a menor cinta extranjera el próximo 22 de febrero. Estaba en el balneario de Pinamar, en la costa atlántica de Argentina, junto a su esposa y sus dos hijas donde quiso escapar 'después de un año tremendamente intenso'.
Prefirió eso a estar presente en la cermeonia de anuncios que se realizó en el Teatro Samuel Goldwyn porque sabía que los nervios se iban a apoderar de él. 'Iba a sufrir. Venía sufriendo. Era casi una agonía', admitió.
Pero también era consciente de que no podía ignorar lo que estaba sucediendo. Y la incertidumbre concluyó en el momento en que comenzaron a sonar los teléfonos.
Y aunque estaba 'en medio de la nada' con su familia, alguien igual se enteró de su éxito. Sus vecinos se acercaron hasta su casa con una botella de champaña para celebrar la nominación de un argentino a los Oscar.
'Lo primero que hice para celebrar fue meterme en el mar', contó.
Su calendario en las próximas fechas incluye el almuerzo con los demás candidatos al Oscar, la gala de los Goya, reuniones en Berlín, una pequeña estancia en Buenos Aires y de vuelta para Los Ángeles de cara a la ceremonia.
Cuenta que desde que se conoció la noticia de su nominación al premio más importante de la industria cinematográfica, le han llegado 'muchísimas propuestas de Hollywood'. Guiones escritos, ofertas para dirigir secuelas de franquicias e, incluso, la opción de desarrollar guiones propios para rodarlos en EE.UU., son algunas de las propuestas que le han realizado a Szifrón, que ya había saboreado el éxito como creador de la serie 'Los simuladores'. Pero nada a este nivel, nada al nivel de Hollywood.
'Es algo que me atrae. No he decidido qué haré, pero lo estoy evaluando. También me apetece escribir para directores que admiro. Eso me llena de entusiasmo', afirma sobre las ofertas que ha recibido.
Por ahora se limita a exprimir esta 'inolvidable' experiencia con una película que, tras su éxito en la taquilla de distintos países, 'ha demostrado ser muy universal'.
Esta comedia negra está formada por seis historias con un hilo común: las reacciones explosivas y extremas que cualquiera puede experimentar en un momento dado.
'Los conflictos de cada relato hablan de nosotros como especie más que como habitantes de un país o pertenecientes a una cultura', sostuvo Szifrón, de 39 años.
'Estamos conectados por el ADN, algo mucho más profundo que nuestra nacionalidad. El hombre contra el sistema, el abuso de la autoridad, la traición en la pareja, el deseo de venganza...Todo ello -agregó- conecta con la audiencia, independientemente de donde proceda', añadió.
Y sobre el momento en el que salió su película, en el que la gente ha comenzado a mostrar síntomas de empoderamiento, Szifrón reconoce que con su película 'aparentemente tocó una fibra'. 'Aunque debo ser cauto porque tengo casi 40 años y, desde que tengo memoria, los países están convulsionados de forma ininterrumpida por un conflicto u otro', putualiza.
'Es posible -concedió- que ahora ciertos manejos del poder y la idea de que el sistema no está diseñado para nuestro beneficio, sino para el de grupos de poder muy reducidos, hoy por hoy son muy evidentes. Ya no existe esa confianza en el sistema', reflexionó.