Locatarios se resisten a terminar con los "strip center" de los años '60
Urbanismo. Construidos hace más de 40 años, "los comerciales", como se les conocía antaño a las galerías de negocios, todavía prestan servicios en barrios tradicionales y sus dueños aseguran que sobreviven gracias a la atención y la posibilidad de habitar en el segundo piso del local.
El local de Macarena Pailanca no deja de funcionar, sea de mañana, tarde o noche, Namaka.com está siempre disponible para sus clientes frecuentes. Y es que según cuenta la dueña, sobrevivir con un negocio independiente es difícil, sin embargo gracias a la atención personalizada logra mantener el único local del antiguo "strip center" de la población García Hurtado de Mendoza en Rahue Alto.
Así como Macarena, existen varios locatarios en la ciudad que buscan diferentes alternativas para mantener con vida estos recintos que son las versiones antiguas de los modernos "strip center".
Los recintos construidos en la década del '60 albergan varios locales que en algún momento fueron un pequeño centro comercial de barrio.
La dueña de Namaka.com vive y trabaja en lo que se denominaban "los comerciales", ya que la antigua edificación permite que sus inquilinos puedan vivir en ellos, habitando la planta del segundo piso.
Diseñados en los años sesenta en Rahue Alto y otros puntos de la ciudad bajo el formato estadounidense Strip Neighborhood, estos locales que sólo pueden ser ubicados en los barrios más antiguos de la ciudad, actualmente están siendo reemplazados por una versión más moderna y diversificada, donde grandes estructuras y playas de estacionamientos entregan una serie de servicios cerca de supermercados donde permiten adquirir diferentes productos en un mismo lugar. No obstante, el espíritu sigue siendo el mismo.
Evolución
El local que mantiene Macarena se ubica en la calle José Domingo Negrón, a la altura del 1332 y frente a la plaza del sector, como era el formato que se utilizaba en aquellos años para la construcción de centros comerciales.
En el caso de Macarena, su local es el único que se mantiene abierto, pese a que la galería permite albergar a otros cinco locales más. Cuenta que hace un par de años está sola.
Para esta mujer de 32 años, el hecho de que los demás locales no puedan mantenerse radica en el financiamiento, ya que asegura que es imposible mantener un arriendo comercial y uno habitacional.
"Hay que ser propietaria del lugar. Lamentablemente si sólo vas a arrendar, no te va a salir a cuenta", indicó.
"Al principio pudiera parecer que el gasto en arriendo no es caro, pero con el tiempo ocurre que sí. Por eso quien desee tener un local así, tiene que vivir en él", indica, enfatizando que así lo hace ella junto a su abuela y prima.
Otro de los factores que para Macarena influye en la desaparición de este tipo de locales, es la alta competencia que existe con otros negocios de barrio, que son más amplios estructuralmente y con posibilidades de crecer todavía más, situación que se limita en este tipo de construcciones.
Por eso dice que lo importante es evolucionar y buscar las formas de atraer y fidelizar a los clientes.
"Lo bueno es que uno vive aquí mismo, por lo tanto nunca te atrasas en abrir tu negocio y siempre estás presente para el vecino, aunque sea muy tarde o muy temprano", indica, ejemplificando que en reiteradas ocasiones sus vecinos le tocan la puerta durante la noche y ella los atiende.
"Les abro la puerta y los atiendo; es la ventaja de vivir en el mismo lugar donde uno trabaja", lo que ha significado mantener la fidelidad de sus compradores.
En un principio Namaka.com comenzó siendo un local de ciber y de Play Station, sin embargo al poco tiempo tuvo que cambiar de rubro y diversificar la oferta.
"En muchas casas del sector empezaron a tener internet y lo mismo pasó con los videojuegos. Por lo tanto, tuve que cambiarme al tema de los llamados por celular, los abarrotes y ahora estoy ampliando el primer piso para comenzar a vender pan por las mañanas", dice esta mujer que ha sabido mantenerse vigente pese a la competencia y que no le amedrenta ver cómo otros dejaron el lugar.
Pan con amor
Roxana Pool tiene una gran memoria, pues apenas comienza a conversar se acuerda de la fecha cuando su padre compró el local comercial ubicado en el pasaje Recife de la población Juan Antonio Ríos: en 1967 y lo hizo por la suma de 500 escudos, algo así como $500 mil.
La dueña de la Panadería Pool de Rahue Alto, Roxana Pool, de 46 años, atiende la caja del local donde se vende pan y todo tipo de delicias pasteleras, ubicadas en una amplia vitrina de dos cuerpos. Luego y para conversar más tranquila, pasa a una oficina instalada en lo que antiguamente era otro de los locales de estas tradicionales galerías construidas en los años sesenta.
Como ella misma lo explica, con un dejo de nostalgia, estas galerías se habían convertido en un centro de reunión para los vecinos de la población Juan Antonio Ríos y de quienes llegaban de visita también al sector.
"Aquí durante mucho tiempo coexistieron además de esta panadería, una frutería, una carnicería y un minimarket. Lamentablemente esos locales ya no existen", dijo refiriéndose a la galería de "comerciales" donde se encuentra instalada hace más de 20 años.
El problema para Roxana es que la mayor parte de quienes se mantuvieron en este espacio, emigraron a través de los años o simplemente no continuaron el negocio, como sí lo hizo su padre, al traspasarle el mando (previa compra - hace tres años de esta panadería) cuyo lema es "el pan que se hace con amor" y que ella repite en reiteradas ocasiones.
Roxana indica que a pesar de que su padre compró el local a fines de la década del sesenta, recién el 26 de junio de 1985 se vinieron a instalar con la panadería en Rahue Alto; es decir, hace casi treinta años.
"Para mí vivir aquí siempre fue como haber vivido en un tren. Con el constante ruido de las máquinas haciendo pan, pareciera como si uno estuviese viajando en una locomotora", señala con humor.
Recuerda que en los inicios eran los locales más modernos de la zona y en los momentos de gloria, cuando su padre se instaló con la panadería, "los vecinos se reunían aquí y había gran movimiento durante todo el día. Sumado a lo que es la plaza Brasil (que se encuentra enfrente), este era un gran lugar de concentración para las familias del barrio, donde se juntaban grandes y chicos", detalla la locataria.
porciones
A punto de cumplir 20 años viviendo frente a la plaza México en calle Veracruz, Luis Trinas dice que vivir y trabajar en el sector, "es como si todos los días fuesen domingo", refiriéndose a la tranquilidad que se vive y respira en este barrios de la ciudad donde la mayoría de los vecinos son jubilados que llegaron con la población en los años sesenta.
Al igual que sus otros vecinos de Rahue Alto, Luis vive y trabaja en el único lugar en toda la galería que funciona como negocio de abarrotes.
En ordenadas repisas, el local de este hombre de 49 años se reparte entre alimentos, licores, cecinas y todo producto que pueda servirle a el o la dueña de casa del sector.
"La mayor parte de las personas vienen a comprar cosas específicas y que no puede encontrar en otro lado fácilmente, como un envase más chico de café, una caja de fósforos o medio kilo de yerba por poner un ejemplo".
Según Luis, el barrio es antiguo "y la gente que vive aquí se conoce toda y si no están los dueños originales, están sus hijos", dice este hombre que usa un guardapolvos gris para atender a su clientela.
En cuanto al trabajo, este rahuino indica que parte importante de la clientela que tienen es porque trabajan prácticamente todos los días del año, ya que sólo se dan vacaciones de una semana en mayo.
"Un año sucedió que salimos todos y se nos olvidó avisarle a la clientela, por lo que comenzaron los rumores de que mis padres habían fallecido en un accidente. Cuando llegué a abrir el local, mis clientes comenzaron a darme el pésame por lo sucedido", comentó Luis, quien indica que desde aquel momento ponen avisos donde precisan cuando van tomarse las vacaciones.
Y es que los negocios antiguos son más familiares y en el caso de "los comerciales" de barrio se resisten a morir o a convertirse en lugares abandonados en la ciudad.
México Es el nombre de la plaza que se encuentra frente al negocio de Luis Trinas, quien atiende el local de abarrotes "Veracruz".
Brasil Es la remozada plaza que acompaña a la galería donde se encuentra instalada la panadería Pool de Rahue Alto.
1.000 kilos
diarios de pan produce la panadería Pool ubicada en la galería Recife de Rahue Alto, frente a la plaza Brasil, en la población Juan Antonio Ríos, donde el pan se hace "con amor".
500 escudos
fue el valor que pagó el padre de Roxana Pool por el local donde se ubica la panadería Pool, lo que corresponde a dinero actual a 500 mil en pesos aproximadamente.
1967 fue el año
en que se construyeron los locales del pasaje Recife donde podían instalarse negocios y a la vez viviendas en el segundo piso.