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La española Megan Maxwell un día dejó su trabajo de secretaria para dedicarse a cuidar a su hijo y en medio de esa rutina, donde el tiempo se hizo menos escaso, comenzó a escribir novelas románticas, varias al estilo medieval. Poco tiempo después, en 2009, ya tenía su primer libro publicado. Era el comienzo de su aventura en el chick-lit, o literatura para mujeres.
Después de cosechar éxito con las trilogías "Pídeme lo que quieras" o "Las guerreras", la escritora, hoy de 49, promociona por estos días su libro "Te lo dije" (editorial Planeta), una historia centrada en la exitosa, ambiciosa y superficial Victoria, quien a la vez debe intentar superar una importante crisis emocional.
El personaje, cuenta Megan, está inspirado en la fijación de la gente en general por las marcas y el mundo material; en su preocupación por tener un clóset lleno de ropa cara y en la subestimación del cariño y las relaciones interpersonales.
Aunque se trata de una comedia romántica y su obra generalmente se mueve en ese estilo de relatos, Maxwell dice sentirse parte del "boom" reciente de la novela erótica, porque explica que son dos temas que van de la mano.
"Yo siempre escribo historias románticas, pero le doy un tinte que en ese momento quiero. Si quiero un tinte que sea medieval, pues me lo llevo al medieval; si quiero un tinte erótico, pues se lo doy, pero siempre dentro de una historia romántica", comenta.
"Hacía falta literatura para mujeres", dice respecto del éxito de esta corriente.
De "50 sombras de Grey", una de las sagas más populares del género, dice que le gusta y que E. L. James ha hecho un gran trabajo, pero admite que prefiere construir otro tipo de personajes femeninos, "menos sumisos, con más carácter".
"Yo la he leído, como todo el mundo, y a mí me gustó. O sea, yo pienso que Erika (E. L. James) ha hecho un muy buen trabajo. Lo que pasa es que las heroínas de todas mis novelas tienen carácter, yo prefiero ese tipo de mujer con carácter que sabe decir que no a algo y que si implica mandar al hombre a la mierda, lo mande a la mierda. A mí las heroínas que son muy sumisas nunca me han gustado", sostiene.
Apertura del público
Y, ¿a qué se debe la gran lectoría de este tipo de relatos? Maxwell tiene una tesis: "De pronto la gente se ha dado cuenta de que le gusta leer este tipo de novela. Antiguamente la gente rechazaba decir que le gustaba la novela romántica, pero hoy la gente se ha dado cuenta que le gusta el erotismo dentro de la novela romántica. Yo creo que el boom ha sido a través de '50 sombras de Grey'", opina.
A eso se suma el hecho de que, a su juicio, "hacía falta literatura para mujeres, sobre todo para mujeres actuales, no los antiguos libros que habían de romántica que eran súper bonitos. Lo que pasa es que el tiempo ha evolucionado y por ello las mujeres necesitábamos otro tipo de mujeres reflejadas en los libros".
Pero para la autora, así como alguna vez predominaron las historias de lobos, vampiros o templarios, el "boom" de la novela erótica puede algún día llegar a su fin. "Puede que mañana salga un boom de otra cosa, pero te puedo asegurar que la novela erótica va a seguir posicionada en un buen sitio como el que se merece, tanto la erótica como la romántica", pronostica.
Pese a ello, considera que la literatura erótica está en su mejor momento. "La gente la comenta, la gente va por la calle con el libro sin forrar y todo el mundo ve lo que está leyendo y nadie se escandaliza porque estás leyendo ese tipo de novela. Antiguamente te llevabas una novela erótica sin forrar y como que la gente te miraba un poco raro", recuerda.
Sea cual sea el futuro del género, la escritora dice que lo importante es que sus historias ayuden al lector a echar volar su imaginación.