Seiscientas familias llevan un mes sin agua por falla en conexión
problema. Los habitantes de seis campamentos en Rahue Alto juntan agua en recipientes para lavar, cocinar, bañarse y beber. El problema radica en que la única fuente proporcionada por la empresa sanitaria no tiene la fuerza suficiente para abastecer a todas las casas. El municipio notificó a la empresa para que busque una solución a la brevedad.
veronica.salgado@australosorno.cl
Desde las cinco de la mañana en las pequeñas callejuelas de seis campamentos de Rahue Alto se puede ver a decenas de personas caminando con botellas, ollas o baldes en sus manos para solicitar que los pocos vecinos que tienen un servicio de agua potable operativo en el sector los ayuden y abastezcan con el vital elemento para el resto del día.
Esta situación afecta a más de 600 familias desde hace un mes cuando la presión del agua disminuyó drásticamente provocando que el líquido no llegue a la gran mayoría de las precarias viviendas.
Los campamentos afectados son Por un Futuro Mejor III, Juan Pablo II, Alberto Hurtado, El Esfuerzo, Las Camelias y Costanera todos ubicados en el sector de Rahue Alto, en la ladera situada a un costado de avenida Real.
Si bien existe un número de casas que cuenta con agua, la gran mayoría no puede realizar una acción tan mínima como llenar un vaso. Por lo mismo, las familias afectadas están solicitando que la Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos (Essal), responsable del suministro, les entregue una pronta solución al grave problema que los aqueja.
El problema radica en que el sistema que abastece a las 600 familias (que fue instalado en diciembre de 2013 luego de una intensa lucha de los dirigentes y habitantes del campamento) no es el óptimo.
En la práctica, el pilón o receptáculo de arranque que permite la distribución desde la matriz hasta las cañerías de los hogares no posee la capacidad suficiente para impulsar el agua.
Litros de agua caliente
Blanca Mora vive junto a su marido y su nieta de 15 años en una pequeña casa ubicada en el campamento Por Un Futuro Mejor III. La mujer cuenta que desde noviembre de 2014 el agua comenzó a ser un problema, por la baja presión con que llegaba hasta el hogar.
La situación se agudizó y desde los primeros días de diciembre las cañerías están secas gran parte del día. Durante la noche corre agua, pero según sus palabras, es sólo un hilo que con suerte sirve para llenar un balde.
Para cocinar, lavar su ropa y alimentos, bañarse e incluso beber, transporta agua en baldes y bidones desde la casa de sus vecinos, la cual acumula en dos lavadoras de fierro para utilizarla durante el día.
"Esto de vivir sin agua es una situación insostenible para cualquier persona. Es una necesidad mínima del ser humano. Acá nosotros tomamos agua caliente, la que yo creo no es potable después de estar horas expuesta al calor", dijo la mujer.
De hecho, muchas personas de los campamentos llevan su ropa a casa de familiares para poder lavarla y deben invertir el poco dinero que ganan comprando agua embotellada para darle de beber a sus hijos.
Para María Paz Aburto el tema se ha transformado en una preocupación, ya que vive con sus hijos Samir de siete meses, Dominic de un año 9 meses y Luna de cinco años.
La angustiada madre detalló que para hacer las mamaderas para sus hijos más pequeños debe juntar agua en botellas y hervirlas.
"Con niños la situación es aún más compleja, ya que ellos juegan y muchos días no he podido bañarlos porque no tengo una gota de agua en mi casa. La gente no se imagina lo que es no tener agua cuando tus propios hijos tienen sed", explicó la joven madre.
De hecho, para lavar reúne agua en un gran recipiente instalado junto a la llave que deja abierta día y noche esperando aprovechar cada gota de agua que cae.
Cristina Manque, en tanto, nunca imaginó que este año volverían a tener problemas por escasez de agua luego de la lucha que sostuvieron en diciembre del año pasado cuando estuvieron más de siete días sin suministro.
"Siento que este año ha sido peor que los anteriores y tenemos claro que el municipio nos ayuda, pero es necesario que podamos tomar agua de forma digna y no esperando que la ciudad duerma para que por nuestras cañerías corra agua", enfatizó la mujer.
Soluciones necesarias
Preocupados por la situación que viven las 600 familias, los dirigentes de los seis campamentos afectados sostuvieron una reunión la mañana de ayer con funcionarios de Essal y el municipio local.
Ana María Manríquez, presidenta del campamento Alberto Hurtado, señaló que es complejo vivir en un campamento pero no tener agua es un tema de dignidad humana. Precisó que no están solicitando nada gratis y que están dispuestos todos los vecinos a cancelar por una solución.
"Nosotros queremos que todas las familias de los seis campamentos tengan agua y que no deban pasar semanas esperando por una solución que no llegará si no realizamos gestiones y buscamos apoyo", explicó la dirigenta.
Ricardo Ubillo, presidente del asentamiento Juan Pablo II, explicó que la solución pasa por instalar una mejor conexión que permita que todas las casas cuenten con una potencia adecuada.
"La solución óptima es que cada uno tenga un medidor individual, pero eso es a largo plazo. Hoy debemos llegar a un acuerdo y que Essal puede facilitarnos un mejor servicio. Sentimos que las voluntades están para mejorar", dijo el dirigente.
Durante la reunión, personal de Essal explicó que si bien existe voluntad para mejorar la calidad del servicio en ese sector dependen de una evaluación técnica que realizan los profesionales de la empresa en terreno.
Las opciones que se les presentaron a los dirigentes fueron la instalación de un nuevo pilón o arranque con el objetivo de fortalecer el servicio. Igualmente, mejorar el diámetro del que actualmente se utiliza para permitir que el agua logre una velocidad mayor.
Además, se les explicó a los dirigentes que cualquier otra solución (como la instalación de medidores) depende de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, ya que se debe ampliar el radio operacional que actualmente existe en el sector.
Esto significa que los terrenos podrían ser urbanizados y contar con todos los servicios básicos como agua y alcantarillado de forma individual.
Parte de los asentamientos afectados se ubican en terrenos donde se emplazará el proyecto Barrio Parque Integrado o proyecto habitacional Parque Keim. Con dicha iniciativa, un grupo será erradicado de la zona y se logrará una solución definitiva a un problema que se arrastra por lo menos desde hace cuatro años, como es la escasez de agua.
Por lo mismo, la empresa Essal señaló que posee la voluntad para buscar una solución, pero que su cliente directo es el municipio de Osorno y de dicha entidad depende la decisión final.
El alcalde Jaime Bertín señaló que es necesario buscar una solución rápida a ese grupo de personas, por lo mismo, instruyó para que la empresa aplique lo que considere más apropiado y a la brevedad, "no podemos tener a toda ese gente sin agua y menos en verano. Si depende de nosotros la solución debe llegar hoy", dijo.