Como es habitual, el fin de semana largo de Año Nuevo marca el inicio "oficial" de la temporada veraniega en nuestra provincia. Se trata de un periodo donde parten las vacaciones de muchos trabajadores, lo cual se suma al periodo de asueto de la mayoría de los estudiantes, desde la prebásica a educación universitaria.

En la zona, dos son las áreas que concentran el mayor flujo de visitantes. Una es la zona lacustre, particularmente los lagos Puyehue, Rupanco y Llanquihue, que se ubican en las comunas de Puyehue y Puerto Octay; y la segunda corresponde al litoral de la comuna de San Juan de la Costa.

Cada uno de estos sectores enfrenta importantes desafíos, que se hacen cada vez más potentes en la medida que aumenta el flujo de turistas que los visitan. Así lo ha constatado El Austral en recientes recorridos realizados con el objetivo de tomar el pulso al inicio de la temporada.

Un ejemplo es el caso de Centinela, balnearios situado a orillas del Lago Llanquihue, el cual debido al aumento de la población flotante está obligado a mejorar el sistema de recolección de basura y, además, hasta la semana recién pasada mantenía pendiente el trámite para que la autoridad marítima permita el baño en sus aguas.

En el caso de los balnearios costeros, nuestra edición de ayer dio cuenta del desafío que significa la gran cantidad de automóviles que se trasladan a puntos como Maicolpué y Pucatrihue. En el primero de estos balnearios, el domingo fue posible observar las grandes dificultades para estacionar que tuvieron los visitantes.

Otros temas que se deben seguir trabajando apuntan al fortalecimiento de la oferta gastronómica -sobre todo para darle creciente consistencia y pertinencia con el territorio- así como la mantención de actividades de esparcimiento que hagan mucho más atractivo un territorio que por su belleza natural ya resulta un verdadero privilegio.

El futuro de la actividad será más promisorio si estos desafíos se enfrentan con visión de futuro y se avanza en la consolidación de la provincia como un destino de calidad en el país.

Llegó la época estival y por las características del clima ya podemos disfrutar de actividades al aire libre en especial en lagos, ríos, mar y piscinas donde el agua propicia el juego y la entretención.

En esta época también los padres optan por llevar a sus hijos pequeños a actividades dirigidas para que aprendan a nadar. Sin embargo, muchas veces las expectativas de los padres, de los profesores y de los niños no coinciden, entonces ¿Qué es importante aprender para disfrutar del agua en cada etapa de la vida?

Independiente de la edad lo fundamental es buscar disfrutar del agua y de sentirnos cómodos y seguros moviéndonos en ella e interactuando con otras personas, ya sea a modo de juego, realizando deportes acuáticos o nadando.

Para los niños pequeños, desde los seis meses hasta los dos años de vida, las necesidades están relacionadas con el conocimiento del medio acuático siempre acompañados de la mamá o el papá (idealmente ambos) donde desde el juego, se fortalezca el apego y el disfrute de moverse y jugar juntos en el agua, fortaleciendo los lazos afectivos y descubriendo nuevas posibilidades de movimiento.

De los dos a los cinco años el juego continúa siempre presente, en esta etapa los aprendizajes deberían estar asociados a afianzar el esquema corporal y el conocimiento del cuerpo y sus posibilidades de movimiento en este medio acuático; la idea es ampliar el bagaje motriz para enriquecer la motricidad en los niños.

Lo que ellos aprenden en esta etapa son: flotación en diferentes posiciones y profundidades, entradas al agua, uso de la respiración y apneas controladas como también, desplazamientos integrando poco a poco posiciones hidrodinámicas que les permitan en la etapa siguiente el aprendizaje de los diferentes estilos de la natación clásica.

De los cinco hasta los doce años aproximadamente se puede comenzar con la iniciación deportiva, siempre y cuando el niño o la niña hayan pasado por las etapas de ambientación descritas anteriormente. Nunca es tarde para comenzar, pero es fundamental pasar por ello para tener éxito al aprender a nadar utilizando los cuatro estilos de la natación clásica: Crol, Espalda, Pecho y Mariposa.

Y por último…no olvidar que las prácticas antiguas como lanzarlos al agua en un lugar profundo y esperar a que salga a flote por sí solo, además de ser una crueldad van en contra de la premisa fundamental señalada al inicio de este artículo. "Buscar disfrutar del agua, sentirse seguro y cómodo en ella".

Karoll Ibáñez Goudeau