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Señal de Canal 13 cubrirá tres provincias de la región

La Estación Canal 13 de la Universidad Católica de Chile cubrirá con su señal tres provincias de la Décima Región y se sintonizará en la frecuencia 9 del espectro, de acuerdo a lo informado a este diario por el subdirector técnico, Roberto Plass. La zona de servicio incluye Osorno, Río Negro, Purranque, Entre Lagos, San Pablo y Puerto Octay.

Toros firman precontrato con DT Juan Carlos Carotti

Ayer arribaron a la losa del aeródromo Cañal Bajo Juan Carlos Carotti -técnico- y Eduardo González -preparador físico-. Ellos son la primera posibilidad de cuerpo técnico para el club local y aunque la dirigencia de los Toros advirtió que aún no existe compromiso contractual, tienen serias opciones de quedarse en el cargo.

Arrestan a mujer por no pagar pensión alimenticia

Una inusual situación enfrentó una mujer de 36 años, quien fue apresada por detectives de la Policía de Investigaciones, por tener una orden pendiente de arresto al no pagar los 50 mil pesos correspondientes a la pensión alimenticia reclamada por su marido. La imputada tiene domicilio en la Villa Quilacahuín.

La efectividad de la prevención vial

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Carabineros aumentó las fiscalizaciones en las calles y carreteras de la zona en Nochebuena y Navidad, destinadas especialmente a controlar la velocidad y la conducción sin la influencia del alcohol. Se recordará que 14 personas fallecieron en el último fin de semana largo de este año, durante las festividades de la Inmaculada Concepción, en diferentes accidentes de tránsito en el país.

El tema de la conducción responsable de vehículos motorizados debe estar frecuentemente abordándose, de manera que quienes están detrás de un volante entiendan la gran responsabilidad que asumen cuando guían un automóvil. Esto es particularmente importante durante la festividad de Año Nuevo, cuando se aumenta el consumo de alcohol.

Si bien desde diversos frentes se ha insistido en reiteradas ocasiones en la necesidad de que los conductores adopten actitudes defensivas y de las nefastas consecuencias que un acto irresponsable y temerario puede ocasionar, pareciera que los avances en este sentido van demasiado lentos y de manera más habitual de lo esperado ocurren tragedias.

Aunque no se puede desconocer que hay responsabilidades compartidas en la tarea de la educación vial, sí está claro que sólo habrá resultados concretos si todos los esfuerzos emprendidos, tanto por Carabineros como otros organismos del Estado y la sociedad civil tendientes a reducir las estadísticas de accidentabilidad, son realmente asimilados por los conductores y éstos, finalmente, toman conciencia de su responsabilidad. Y no se trata de ser alarmistas, pero acciones que parecieran tan simples como conducir hablando por un teléfono celular pueden desencadenar un accidente de insospechadas consecuencias.

Surge entonces el desafío de hacer entender a quienes conducen que la adopción de medidas preventivas y responsables es la única forma de bajar el alarmante número de accidentes de tránsito. Por mucho que se invierta en campañas preventivas, en señales viales o por más Carabineros que resguarden las calles, si no hay actitud de toma de conciencia por quienes asumen la tarea de guiar un vehículo, todos los esfuerzos que se hagan serán estériles.

Los Santos Inocentes: los de ayer y los de hoy

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Fue probablemente el miedo a perder el poder, y su afán de que las cosas continuaran exactamente tal como estaban, lo que llevó a Herodes a ordenar la muerte de todos los niños varones menores de dos años en la ciudad de Belén.

No se conoce con certeza el número exacto: la liturgia griega habla de catorce mil pequeños asesinados; la Iglesia siria enumera sesenta y cuatro mil víctimas; mientras varios autores medievales elevan la cifra hasta llegar a los ciento cuarenta y cuatro mil infantes. No tiene mayor importancia; lo relevante de todo esto no pertenece al dominio de las matemáticas. Pertenece en cambio al espacio de la moral.

Lo sabía bien el escritor vallisoletano Miguel Delibes, autor de una de las mejores novelas en español del siglo XX, titulada justamente Los Santos Inocentes. En ella, narra magistralmente la historia de una familia de campesinos a las órdenes de un terrateniente durante la España franquista. Su vida entera es renuncia, sacrificio y una obediencia que se confunde con la esclavitud. Llevada al cine luego por el director Mario Camus, se convirtió tal vez en la mejor película española de todos los tiempos. Pocas veces se ha retratado de manera tan dura e hiriente las relaciones entre señores y sirvientes. Entre poderosos y excluidos. Entre los que mandan y los que obedecen. Y sin una sola gota de odiosidad ni ideología, como lo hizo Ermanno Olmi en El árbol de los zuecos.

Tanto en el episodio bíblico que narra San Mateo como en la historia que describe la pluma de Delibes la sustancia es la misma: cosificación de los seres humanos y barbarie que va implícita en el anhelo de dominación. Y es que a través de la Historia -ese rodillo gigantesco que avanza arrastrando restos de lo antiguo y aplastando trozos de lo nuevo- parece repetirse una y otra vez el empeño de los poderosos por asegurar lo que creen poseer, sin reparar demasiado en los medios que emplean para conseguirlo.

En la base de todo esto está, claro, esa brutal desigualdad entre los que más tienen y los que apenas sobreviven. Pero ya sabemos (o deberíamos saber) que la promoción humana y el repudio de la injusta desigualdad están en estrecha relación con el anuncio evangélico.

La mala noticia es que Chile sigue siendo el país de la OCDE con mayor brecha de equidad entre ricos y pobres. Y esto no es, por desgracia, alguna broma del día de los inocentes.

Xavier Echiburú