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Un violento asalto fue el que sufrió la noche del viernes el matrimonio compuesto por Víctor Hugo Leal e Ingrid Gómez, quienes junto a su hijo de 10 años fueron víctimas de tres delincuentes que maniataron al dueño de casa y robaron sus celulares, algunas joyas y cheques avaluados en un millón 600 mil pesos.
La familia que se dedica a la venta y extracción de áridos en el sector de Caipulli, a seis kilómetros de Ovejería, vivió tensos momentos cuando tres hombres a rostro cubierto echaron a bajo la puerta principal, mientras los moradores descansaban en su interior.
"Eran como las 10 de la noche del viernes. Yo estaba viendo tele, mi mujer estaba durmiendo y mi hijo en su pieza, cuando de improviso patearon la puerta y entraron tres hombres y me amenazaron con una pistola y un cuchillo", cuenta el dueño de casa.
Víctor Hugo explica que los hombres eran jóvenes, de entre 20 y 30 años, que hablaban por una radio y decían "si la zona está liberada". Los delincuentes lo amarraron y lo golpearon hasta dejarlo en el suelo del living comedor de su casa.
violencia
Más allá de las pérdidas materiales, que en definitiva fueron los celulares y las joyas -a los cheques se les dio orden de no pago-, el matrimonio quedó más afectado por el grado de violencia con que actuaron, ya que Víctor Hugo quedó sin posibilidad de ayudar a su esposa e hijo.
"Me dejaron amarrado y bien molido. Fueron ocho o diez minutos donde agarraron lo más fácil de llevar, ni si quiera revolvieron la casa. Incluso dieron un disparo, pero parece que la pistola era de fogueo", agregó el dueño de casa.
Su mujer en todo momento estuvo amenazada con un cuchillo y aunque a ella y su hijo no los amarraron, no pudieron hacer nada cuando el jefe de hogar estaba siendo amenazado con un revolver.
"Nunca había pasado algo así por aquí, porque nosotros somos gente de trabajo y no manejamos mucho dinero. Parece que eso era lo que buscaban, porque no se llevaron ni la tele ni el computador, puras cosas chicas", explicó Ingrid.
La familia lleva viviendo tres años en el mismo lugar y su casa queda a unos 30 metros del camino viejo a Río Negro y a orillas del río Rahue.
Luego de 10 minutos, los delincuentes se fueron en un vehículo. Ahí el hijo de 10 años logró desatar a su padre y como no tenían cómo llamar, tomaron el auto y fueron hasta la Comisaría de Ovejería.
"No atiné a nada, estaba muy shockeada. Mi hijo desató a su papá y después nos llevó donde los Carabineros y de ahí al hospital", explicó la dueña de casa.
investigación
El fiscal de turno, Rodrigo Oyarzún comentó que este tipo de delitos es poco frecuente y que se prestará toda la asistencia necesaria a la familia para superar la situación.
"Por ahora no tenemos sospechosos y estamos intentando esclarecer los hechos, por lo que mañana (hoy) citamos a la familia a declarar", sostuvo el abogado.
En tanto el jefe de la Brigada de Robo de la Policía de Investigaciones (PDI), Iván Morales, señaló que se están barajando las diferentes opciones, pero que no hay nada claro hasta el momento.
La familia evalúa la instalación de cámaras de seguridad en el predio, ya que aseguran que hay muchas personas que llegan a pedir acceso hacia el río y que aunque Carabineros transita regularmente por la vía, su casa queda alejada y durante la noche puede ser un foco de delincuencia.
"Voy a tener que poner cámaras y comprarme otro perro", indicó resignado Víctor Hugo Leal.