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Benefactor radicado en EE.UU. envía regalos a Polloico hace 15 años

Solidaridad. Jaime Paredes apadrinó a los niños de su localidad de origen y se convierte en un Viejito Pascuero cada diciembre. Además, le regala una bicicleta al alumno de mejor rendimiento de la escuela María Luisa Bombal.

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La historia de Jaime Paredes es la de aquellos aventureros que dejan su localidad natal para ir en busca de una mejor vida, aunque eso los lleve a miles de kilómetros de su hogar. Sin embargo, él nunca olvidó sus orígenes, los que se encuentran en el sector rural de Polloico, comuna de Osorno.

Por eso hace 15 años apadrinó a los alumnos de la escuela unidocente María Luisa Bombal y desde entonces cada año sin falta les entrega regalos de Navidad a todos los estudiantes del establecimiento.

El hombre cuenta que desde hace 40 años vive en Estados Unidos (EE.UU.) y desde allá se preocupa de ayudar, porque cuando era niño tenía que caminar dos kilómetros para llegar hasta la escuela de Las Lumas, por lo que sabe de los sacrificios que enfrentan los estudiantes de las zonas rurales de la provincia.

Entonces, guiado por la solidaridad y conociendo la realidad que viven las familias de escasos recursos y la ilusión de los menores en esta época, quiso ayudar y entregar parte de su espíritu navideño.

Fue así que decidió convertirse cada diciembre en un Viejito Pascuero y desde Nueva York entregar un gesto de amor en Navidad.

realidad Invisible

En los '70, este benefactor dejó su querida localidad de Polloico para emprender rumbo a Osorno y luego partió más lejos para entrar a la aviación. Tras graduarse emigró como un trotamundos hasta Estados Unidos, donde se asentó y formó su familia en la ciudad de Nueva York. Ahí trabajó como supervisor en una de las escuelas de música más grandes de la ciudad.

"Desde allá todos los años viajaba antes de Navidad y compraba los regalos o les enviaba el dinero para su compra. Todo esto nació porque vi que nadie ayuda a las escuelas rurales, ni la municipalidad, así que sentí que los tenían abandonados en momentos donde la situación es difícil", comentó.

Jaime Paredes cree que la realidad que se vive en el campo se hace invisible para quienes residen en la ciudad. "Muchos no quieren ver, pues este tipo de escuelas carecen de asistencia inmediata de las autoridades". Agregó que a los niños les produce emoción y alegría recibir como incentivo los regalos, porque sus padres no cuentan con recursos suficientes.

El objetivo de su obra, dijo, es que los niños se sientan motivados y miren con optimismo el futuro, pensando en que más adelante pueden ser mejores personas y llegar lejos en sus propósitos.

los mejores

La actual directora de la escuela rural de Polloico, Elba Garcés, detalló que los regalos van desde una bicicleta para el mejor alumno y así en distintas categorías dependiendo de las calificaciones y características del alumno.

"Se regala al mejor compañero, mejor asistencia, buena conducta, el más amable y colaborador, entre otros que van recibiendo como obsequios. Pero lo importante es que todos los niños de la escuela reciben un regalo", aclaró.

La mayoría de los estudiantes son hijos de madres temporeras y para un niño es muy importante recibir un regalo, además se les incentiva con una bicicleta al mejor rendimiento escolar, así que ellos se motivan durante todo el año con eso, explicó la directora.

"Estamos muy agradecidos y admirados por la ayuda que brinda cada año don Jaime, que voluntariamente ha entregado no sólo recursos, sino preocupación real por los niños, pues incluso ha entregado libros, calculadoras y otros implementos necesarios para los estudiantes", indicó la directora.

Jaime contó que desde hace un par de meses está de vuelta en la zona y se radicará nuevamente en la localidad donde el amor por su madre de 85 años lo impulsó a regresar .

Otro caso de benefactores, son los apoderados del Colegio Alemán. Si bien el establecimiento ha potenciado la ayuda a través de la acción social, los papás de un curso de la enseñanza media tomaron las riendas solidarias y desde hace tres años, 25 adultos y sus hijos reúnen regalos que entregan también a los niños de la Fundación Mi Casa. Así lo confirmó la apoderada Consuelo Turner, quien vive la experiencia de colaborar gracias a que participa con sus hijos en actividades de ayuda social. Los apoderados del Cuarto B 2014, según esta mamá, son un ejemplo digno de imitar, ya que "no siempre se puede asistir a la entrega de regalos porque muchos padres trabajan hasta tarde, pero sí nos preocupamos que la ayuda esté, porque los niños lo necesitan", señaló. Todos los benefactores coincidieron en que a la hora de ayudar, ningún niño se queda sin su regalo. El beneficio es para todos y este año los 36 pequeños de Fundación Mi Casa recibirán sin falta sus obsequios, aunque los colaboradores coincidieron en que lo más importante de la Navidad es estar con quienes lo necesitan y brindar compañía y amor, en especial a los niños, en una fecha donde los afectos priman.

16 niños

de la escuela rural unidocente María Luisa Bombal de Polloico recibieron el martes los regalos de Navidad de manos del propio benefactor que volvió desde Nueva York a vivir a la zona.

Hogar mi casa

cuenta con la colaboración de empresas y personas naturales que se preocupan del bienestar de los niños. Incluso ex dependientes de la fundación se suman a esta tarea.

25 apoderados

del Colegio Alemán de Osorno se sumaron como muchos otros anónimos a brindar alegrías en Navidad. Los alumnos del 4to B y sus padres entregarán regalos el 23 de diciembre.