La contaminación del aire osornino, fenómeno que se concentra principalmente durante los meses del otoño e invierno producto del aumento explosivo del incorrecto uso de leña húmeda en gran parte de las viviendas de la ciudad, ha obligado a partir de este año a tomar medidas de prevención fuertes.
La principal fue la aplicación de alertas sanitarias ambientales, las que establecieron en esta primera etapa de funcionamiento restricciones que se aplicaron a los servicios públicos y edificios, consistentes por ejemplo en la prohibición de uso de leña en determinados lapsos del día.
Adicionalmente, estas alertas llegaron acompañadas de la solicitud de no realizar actividades físicas al interior de los recintos educativos. Sin embargo, la premura con que se anunció esta medida y el desconocimiento generalizado de los profesores y directivos respecto de qué hacer con ese tiempo, generó muchísima incertidumbre.
Para enfrentar este problema, la oficina provincial de la Secretaría Regional Ministerial de Salud organizó el martes último un encuentro que convocó a profesores y representantes de al menos 25 establecimientos locales, quienes avanzaron en la definición de un protocolo para actuar durante 2015, en los días en que se establezca la alerta ambiental.
Esta actividad es, sin duda, un importante avance, sobre todo si se considera que se ha permitido que sean los propios docentes de educación física los que propongan una fórmula para utilizar adecuadamente el tiempo en que no podrán desarrollar actividades de alta intensidad física, por el riesgo que eso representa para la salud de los estudiantes.
Para que la comunidad comprenda a cabalidad la razón de estas medidas es sumamente relevante que este tipo de acciones se repita en otras organizaciones -como juntas de vecinos y entre los usuarios de los centros de salud primaria- de forma que sean muchos más los osorninos que comprendan el significado de enfrentar alertas sanitarias debido a la mala calidad del aire.