Secciones

Empresarios revelan la clave para levantarse después de los fracasos

innovación. Marta Hernández, Rafael Dowling y Hans Schmitz han visto caer sus emprendimientos de turismo y comercio, no obstante, han salido adelante gracias al empuje y nuevas ideas.
E-mail Compartir

ybarriac@australosorno.cl

"Fuck up nights" es un concepto que los empresarios de hoy manejan y empiezan a conocer desde hace dos años, cuando en México nació la idea de contar en público la historia de sus fallidos emprendimientos.

En Chile, este tipo de sesiones son una realidad y ciudades como Valdivia ya organizan encuentros donde empresarios contarán sus caídas profesionales y reflexionará sobre qué harían diferente ahora.

A nivel local, son varias las historias de empresarios que han tenido más de algún fracaso en un negocio, no obstante, han perseverado y salido adelante con el desarrollo de nuevas iniciativas.

Rafael Dowling es uno de ellos y no tiene reparos en decir "sí, fracasé en tres oportunidades, pero voy por una nueva chance".

Según relata, todo comenzó en 1999, cuando tuvo el arrojo de adquirir una lancha única en su tipo para levantar el innovador proyecto "River Jet", el cual consistía en darle otra cara al río Rahue y hacerlo atractivo y navegable.

"La primera embarcación no tradicional se logró con la colaboración de una empresa chilena con la que diseñamos la nave para navegar el río Rahue, con capacidad para 10 personas", señaló el empresario, que contó que había dos tipos de recorridos: uno de 45 minutos, donde la intención era provocar emoción y adrenalina con una navegación en alta velocidad. El jet incluso podía realizar trompos en 360 grados.

El segundo recorrido era más largo y duraba aproximadamente seis horas. Según especificó Dowling, "el viaje estaba orientado a que los navegantes observaran la maravilla que es el río y su entorno desde Osorno al lago Rupanco, mezclando la belleza del paisaje con la emoción, adrenalina y gastronomía".

Pero el proyecto fracasó y las razones que analiza su creador apuntan a que probablemente fue demasiado innovador para la época, porque no estaba desarrollado el turismo en la zona y además influyó el factor clima y la lluvia, por lo que no se tuvo la afluencia de público esperada para sostenerse en el tiempo.

"Otra dificultad fue que algunos sectores eran difíciles de navegar, no por las condiciones del río, sino por el mal aspecto de su entorno, pues al pasar frente a la ciudad se veían los basurales cerca de la ribera", detalló.

El proyecto duró cinco años y en ese mismo tiempo,se ofertó a la par otra alternativa que era un paseo al monumento nacional Alerce Costero, de La Unión hacia la costa, donde se podía observar un alerce milenario de 15 metros y se viajaba con un vehículo Mercedes Benz Unimog, que contaba con todas las comodidades para transportar pasajeros, no obstante, el proyecto tampoco prosperó.

Luego que sus iniciativas finalizaran el 2008, de forma incansable, este empresario local volvió a insistir en 2010 con otro proyecto de navegación, ahora con una lancha del tipo Airboat, que navega con un sistema de hélice similar al de un avión y que permite que la embarcación se desplace.

"La importamos desde Estados Unidos y cabían 12 personas. A pesar que se realizó difusión, paseos y promociones, al cabo de dos años tampoco prosperó", dijo.

Si bien entre la compra del primer jet, un jeep y la segunda lancha se cuenta una pérdida cercana a los 80 millones de pesos, Dowling insistió que va a perseverar porque "nunca ha salido de mi mente dejar de crear un proyecto que pueda finalmente desarrollar el turismo en Osorno", insistió.

Actualmente este empresario se dedica a la extracción de áridos, por lo cual, según sus palabras, "el fracaso nunca me ha frenado, por el contrario, uno siempre puede reinventarse y volver a intentar algo. Los obstáculos son para vencerlos", enfatizó.

Puntapié al exito

Otra historia es la que cuenta la empresaria Marta Hernández, aunque muchos no puedan creer su historia de desaciertos, ya que la empresaria hoy posee la cadena de multitiendas Carrasco Créditos, con 23 locales de Los Ríos al sur. No obstante, para ella no todo ha sido éxito y para llegar a concretar su empresa tuvo que aprender a levantarse de las caídas.

El mundo de los negocios le era desconocido. De joven su pasión eran las comunicaciones e incluso trabajó en radio al igual que su marido, el fallecido empresario y comunicador radial Juan Isidro Carrasco, a quien conoció en Castro, Chiloé, y al cabo de un año se casaron y se vinieron a vivir a Osorno en 1963.

"Acá trabajé en la Radio Sago y confecciones Duby y luego quedé sin trabajo, al igual que mi esposo. En la crisis, él me propuso formar una agencia comercial y ahí surgió todo", cuenta.

Formaron un pequeño local en calle Los Carrera, luego se trasladaron a Rahue, donde recorrían casa por casa para ofrecer los productos. El capital lo sacaron de sus propias imposiciones de la Caja de Empleados particulares y lograron que les vendieran los primeros productos. Así se hicieron conocidos gracias a la cercanía con sus clientes que les encargaban electrodomésticos.

Luego abrieron el local ubicado en calle Ramírez, pero el de Rahue nunca más lo pudo resurgir.

"Intenté levantarlo tres veces, pero no hubo caso, la gente no llegaba", señala.

Asimismo, recuerda que una vez su marido compró un local para carnicería y pusieron vacuno completo, el que nunca se vendió, "ni un día duramos", recordó.

Adicionalmente, la dueña de Carrasco Créditos adquirió el recinto de Simotor (en calle los Carrera), donde quiso levantar un local para la venta de motos y bicicletas, sin embargo, ese negocio tampoco prosperó, por lo que hoy se destinó para bodega.

Pero quienes trabajan junto a ella manifestaron que es una emprendedora innata y que a pesar de las dificultades, siempre sale adelante.

"Los fracasos en materia de negocios te restan energía, sobre todo las primeras veces, pero luego de varias caídas sólo queda levantarse porque sabes que hay más por delante. A mí me impulsa cada día mi personal y los clientes que vienen incluso a saludarme. Por eso considero que una de las claves es jamás desmotivarse y y ser capaz de ver que en las crisis es posible crecer", reflexionó Marta Hernández.

Perseverar

Quien también contó algunas derrotas empresariales es el ingeniero comercial Hans Schmitz, apellido conocido en la zona por ser su familia los creadores de la marca de restaurante Dino's en Osorno. Pero Hans quiso contar su experiencia personal cuando junto a su hermano Ricardo, iniciaron en 1994 cuando un negocio de equipos de oficina. Al principio les fue bien, pero con el tiempo aparecieron las grandes tiendas a competir de manera fuerte, ofreciendo facilidades de pago, con crédito directo y productos al dos por uno.

Hoy este ejecutivo se dedica al área de capacitación y hace poco dejó de trabajar en una industria salmonera. Ahora trabaja en una empresa de servicios para venta de salmones y aunque dijo que hoy más que empresario es empleado, queda aún la enseñanza que las derrotas siempre son el impulso para el éxito, pues señaló, es parte del aprendizaje.

"En Chile, a la persona que fracasa lo crucificamos, pero hay que entender que es parte de su experiencia como empresario", aseguró.

Para quienes deseen emprender, Schmitz aconseja que lo hagan lo antes posible y si la persona es joven, mejor, "porque en esa temprana edad no hay mucho que perder y mucho por arriesgar y perseverar en el tiempo".

"Cowork"

De los emprendedores y la forma de posicionarse en los negocios, se refirió también el ex director provincial de Turismo, Marcelo Moraga, quien actualmente es director ejecutivo de la empresa ZoS Chile, donde implementó una modalidad denominada "coworking", que es un espacio colaborativo de trabajo a favor de los emprendedores, para que puedan reducir los riesgos de fracaso.

"La idea es crear una base de datos ligada con las industrias creativas. Además, hoy existe el espacio físico que brinda apoyo y soporte colaborativo, por lo que queremos dar sustento al emprendedor y minimizar el riesgo", dijo.