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Trabajadores se oponen a

Su total rechazo a la privatización de la empresa dispuesta por el Ministerio de Economía para Ferrocarriles del Estado, manifestaron trabajadores ferroviarios de la IX y X regiones reunidos en Osorno. En la cita se adoptaron medidas tendientes a proteger los intereses de este sector, reflejando el sentir de siete mil trabajadores del país.

privatización de ferrocarriles

Hasta tres años y más deben esperar algunas personas para tener el resultado de sus postulaciones. Así lo confirmó Javiera Barrientos, jefa de operaciones del Servicio de Vivienda y Urbanismo de la provincia de Osorno.

Confirman larga espera para subsidios del Serviu

Se indicó que son cerca de 6 mil las personas que han postulado a viviendas básicas y 1.500 para las progresivas.

Entregan prediseño del nuevo puente San Pedro

En etapa de definición se encuentra el Plan de Reposición del Nuevo Puente San Pedro, según informó Pedro Urrejola, coordinador del proyecto. El prediseño fue entregado al municipio, quedando sólo por definir materias viales en los espacios que comprometerán expropiaciones. Se tratará de un nuevo puente y un pequeño túnel.

El lucro y los principios

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El principal argumento que escuchamos para eliminar el lucro en la educación estaría en que los sostenedores o dueños de colegios privilegiarían el obtener ganancias de corto plazo antes que reinvertir o mejorar la calidad de sus establecimientos. Los incentivos estarían mal puestos, por lo que no pueden haber recursos públicos (léase subvención) que vayan a establecimientos que permitan lucrar a esos sostenedores.

Podríamos extender este argumento a la salud, por lo que el Ministerio respectivo no debería "comprar" camas y procedimientos en el sector privado; tampoco el Ministerio de Obras Públicas cuando entrega, mediante procesos de licitación, obras a privados. Suma y sigue en todas las actividades. En Educación, los colegios sólo deberían comprar bienes y servicios (cuadernos, hojas, uniformes, servicios de luz, telefónicos, etc.) a empresas sin fines de lucro.

Esta es una visión, al menos, marxista ya que el capital no debería ser remunerado, sólo el trabajo (no debiera tener ganancias quién invierte, sólo los trabajadores, a pesar de que ellos también lucran con su trabajo).

Por otra parte se piensa que los emprendedores sólo buscan la ganancia de corto plazo a costa de sacrificar calidad. Nada más alejado de la realidad. La única manera que un emprendedor de la educación, como en cualquier otro sector, pueda recibir la justa retribución por su esfuerzo e inversión es cumpliendo con su promesa en el largo plazo y por tanto ofrecer productos de la calidad prometida. El Estado, en cambio, a estos efectos, es una entelequia. Son los funcionarios públicos los que administran y definen las políticas y la distribución de los recursos. Los tiempos políticos son cortos y requieren reelegirse, por lo que su visión, a diferencia de la de los emprendedores, es por definición e incentivos, de corto plazo.

¿Quién entonces asegura mejor calidad? Los resultados de los últimos 30 años son más que elocuentes, en todos los sectores. Los pocos lectores que han seguido estas líneas saben que he defendido el lucro como motor del desarrollo de la sociedad y de cada uno de los individuos, al tiempo que he condenado los monopolios y abusos, que deben castigarse.

Hoy hay muchos rasgando vestiduras porque el lucro se demonizó y corremos el riesgo que este mismo argumento se disemine para todos los demás sectores de la sociedad. ¿Por qué no la salud, la alimentación, la previsión, los sectores "estratégicos" como la minería o la vivienda? No lloremos cuando los que debieron defender los principios no lo hicieron por ser "políticamente correctos y para no perder votos".

Víctor García Ossa

PSU y vocación profesional

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En momentos en que 283 mil estudiantes egresados de enseñanza media comienzan a rendir la Prueba de Selección Universitaria (PSU) en el país y 3.518 jóvenes en la provincia de Osorno, el sitio Trabajando.com realizó una encuesta a personas que ya participaron de la PSU o la anterior Prueba de Aptitud Académica (PAA), para hacer una radiografía de su experiencia. Es sorprendente que el 41% de los más de 2 mil consultados dijeran que se arrepienten de la carrera que eligieron.

Desde luego que a los problemas que con frecuencia se mencionan sobre la educación, hay que sumar las deficiencias que existen para auscultar la vocación de los jóvenes y cómo éstos eligen la profesión que marcará su futuro. Es evidente también que no basta con ingresar a la educación superior, sino que hay que analizar por qué se produce un abandono o peregrinaje por carreras.

La encuesta a estas personas indicó que el 48% no estaba seguro de la carrera que elegiría al momento de rendir la prueba. El 66% del total eligió una que "le gustaba", pero probablemente sin tener muchos fundamentos para ello. Incluso, el 12% eligió aquella que fuera "aceptada por la sociedad o su familia".

Es muy probable que muchos de los egresados que hoy y mañana rindan la PSU se enfrentarán a la misma disyuntiva, que se acentuará cuando el 18 de diciembre conozcan los resultados y deban iniciar el proceso de postulación.

La anterior PAA medía las aptitudes de los postulantes y quienes idearon y aplicaron la PSU en el año 2003 argumentaron que una prueba que examinara conocimientos sería más equitativa y permitiría mejores resultados de los alumnos que salían de establecimientos públicos. Esto no se cumplió, sino que las diferencias han aumentado, probablemente porque la PSU no es un instrumento de equidad, sino de selección. La educación superior, en una sociedad como la nuestra, es la herramienta de movilidad social. No cabe duda que el país ha mejorado en los últimos años, pero la tarea sigue pendiente y las cifras demuestran que aún se está muy lejos de la meta.