La semana pasada tuvimos la oportunidad de realizar el Encuentro de Emprendimiento Juvenil "Compartiendo Nuestros Sueños", donde participaron jóvenes de 24 liceos técnicos de toda la región desde Quellón hasta Puyehue.
Este encuentro fue el fruto del trabajo realizado durante todo el año bajo el programa de emprendimiento "Puro Power", con el objetivo, tal como su nombre lo dice, de ser un espacio donde los estudiantes pudieran compartir experiencias, conocerse y soñar juntos, ver que existen muchas ideas y proyectos que se pueden realizar, que compañeros como ellos tienen la capacidad de desarrollar cosas nuevas, invitar a soñar en grande a los jóvenes, a mirar más allá de su entorno y creer en ellos mismos para salir adelante.
El emprendimiento pasó a ser mucho más que formar una empresa. Vemos que puede ser el gatillante motivador que la juventud necesita y que hoy muchos adultos ven con preocupación. Es un desafío que tenemos que tomar desde el mundo educacional, tenemos que llevar nuevas estrategias a la sala de clase que nos saquen de los paradigmas del pizarrón tradicional y generar un trabajo dinámico y colaborativo con los estudiantes. Invitamos a los profesores a que se atrevan a innovar, material hay mucho, sólo falta el interés y las ganas de querer salir de las seguridades que les da hacer una clase como siempre la han hecho.
Sin duda experiencias sencillas como estás marcan la vida de estos jóvenes.
Qué importante es generar espacios de encuentro. En un mundo cada vez más individualista y competitivo, que alegría da ver a un grupo de jóvenes compartir sus vidas, ver sus sonrisas al recibir un diploma de participación, donde no hay un premio que ganar ni competir por ser el mejor, sino que ser reconocido simplemente por atreverse a estar ahí, representando a su compañeros de liceos y mostrándole a la sociedad que ellos son el futuro de nuestro país, que si les damos las herramientas y confiamos en ellos, podremos construir un país mejor para todos. Atrevámonos a crear y participar en espacios de encuentro que marquen nuestras vidas.
Cristóbal García