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Apoderados y alumnos apoyaron marcha de profesores rionegrinos

paro. Los maestros se movilizaron ayer por las calles de la comuna.
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cronica@australosorno.cl

Con la consigna "el profe está en la calle pidiendo dignidad", el profesorado y asistentes de la educación de los establecimientos municipalizados de Río Negro -urbanos y rurales- marcharon este viernes por las principales calles de la ciudad.

Con grandes y pequeños carteles los maestros, apoyados por apoderados y algunos alumnos, expresaron a la comunidad el motivo de su reflexión y enojo, señalando que "sin profesores no hay reforma", "no más trabajo para la casa, más tiempo para mí", "jubilación digna", "fin al agobio laboral", y "si sabes leer es porque un profesor te lo enseñó", fueron algunos de los mensajes de los cerca de 150 manifestantes.

De esta manera los educadores rionegrinos adhirieron al paro nacional en su calidad de disidentes, luego que la dirigencia del Colegio de Profesores y el Ministerio de Educación firmaran un protocolo de acuerdo, sin contar con la aprobación de las bases.

Esto ha originado un abierto repudio que tiene paralizada la educación municipal de gran parte del país.

Los maestros se encuentran desde ayer en paro indefinido y a la espera que las negociaciones con el Ministerio aborden los cinco puntos de la agenda corta con plazos a cumplir.

Damnificados de incendio dejan sede social y se instalan con carpas donde estuvieron sus casas

Drama. El grupo de alrededor de 20 personas decidió volver donde estuvieron sus hogares en Rahue Bajo, ya que quieren que se regularice el terreno y así poder optar a una vivienda. Organizan una olla común para alimentarse.

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Rosa Andrade vivía hasta el jueves 13 de este mes, junto a su familia en un terreno ubicado en la puntilla de las calles Por la Razón o la Fuerza con Temuco en Rahue Bajo. No obstante, la mañana de aquel día un incendio dañó dos casas y destruyó completamente otras tres, entre ellas la suya.

Tras perderlo todo, ella junto a los damnificados (28 en total) se trasladó a la sede social que les facilitó la junta de vecinos del sector. Sin embargo, el jueves no aguantó más las incomodidades de vivir como visita y junto a un grupo de vecinos decidió acampar en el lugar donde ahora hay sólo escombros y tierra.

Ahora Rosa junto a los demás damnificados quieren rearmar sus hogares, sin embargo no han podido recibir las mediaguas que dispone el municipio para estos casos de emergencia, ya que el terreno donde están emplazadas sus viviendas no está saneado y el principal requisito del departamento comunal es contar con la autorización del dueño del lugar -en este caso el Ejército- para instalar las viviendas básicas.

cartas

Es por ello que durante toda la semana estuvieron recorriendo varios lugares para solicitar a las autoridades ayuda, con tal de regularizar la situación del terreno que pertenece al Ejército de Chile y donde además de las cinco casas dañadas por el incendio, hay otras ocho emplazadas en el mismo lugar.

"Fuimos al municipio, al regimiento, a Bienes Nacionales y a la Gobernación a dejar cartas, para ver si alguien nos puede ayudar a arreglar nuestra situación. Ya no podemos vivir más en la sede", sostuvo Rosa Andrade, quien la tarde de ayer estaba reunida junto a sus vecinos entre la madera quemada y el polvo del terreno ubicado a metros del puente San Pablo.

visitas

Rosa junto a sus vecinas cuenta que durante los días que se quedaron en la sede se sentían como visitas, ya que cada vez que había programada una actividad deportiva o recreativa en el lugar, los damnificados debían salir y esperar a que termine.

"Agradecemos harto la acogida que nos dieron, pero nosotros estamos acostumbrados a tener nuestra casita y no andar molestando a nadie", reconoció Susana Salazar, otra de las vecinas afectadas.

A raíz de ello, los 28 damnificados por el incendio y los vecinos que no sufrieron daños quieren que las autoridades los asesoren y así puedan delimitar el terreno.

"Se dijo que nosotros llegamos a tomarnos este lugar, pero nosotros estamos aquí desde que nacimos. Nuestros abuelos trabajaron en el Ejército y les cedieron estos terrenos. No somos un campamento", sostuvo Patricia Paicil, una de las vecinas que no fue afectada por el incendio.

Las jefas de hogar están preocupadas por el futuro de sus hijos, ya que además de no contar con sus viviendas, ahora deben enfrentarse a la limpieza del lugar donde se arriesgan a accidentes, infecciones y suciedad.

Desde la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco), el encargado Juan Luis Añazco, aclaró que entre las atribuciones del municipio no está el saneamiento del terreno, pero que han prestado la ayuda básica necesaria a las familias afectas, entre las que se cuentan colchones, colchonetas, canastas familiares y utensilios de cocina.

En cuanto a las mediaguas que están disponibles, no han podido instalarlas por la falta de una autorización del dueño del terreno.

Por su parte, el gobernador provincial Gustavo Salvo señaló que no ha recibido la carta de las familias, sin embargo prestará el apoyo necesario para que regularicen su situación.

"Nosotros estamos para dar soluciones y buscaremos a través de Bienes Nacionales cuáles pueden ser las posibilidades para las familias. Puede ser un proceso largo, pero estamos para ayudar", precisó Gustavo Salvo.

Autorización para instalar las mediaguas le solicita el municipio a las familias.

Saneamiento del terreno es la solución que buscan los vecinos para poder reconstruir sus viviendas en el lugar del incendio.

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mediaguas son las que requieren los vecinos de Rahue Bajo para todas las familias.