Dios te salve...Señora llena de Gracia; consciente que nada hay en este mundo que usted no sepa y sabiendo que para comunicarse con usted basta cerrar los ojos, aquí estoy, frente a mi máquina de dibujar palabras, intentando una oración.
Señora, como sabrá, ser madre no es fácil y hoy nuestra labor se ha complicado aún más porque debemos salir a ganar el pan.
Madre María, lo que empezó como una forma de cooperar se transformó en una revolución de deseos de ser igual al hombre. Así, hoy la mujer carga sacos de papas, es astronauta y va al Congreso. Todavía más, ha llegado a la paranoia que la letra A (presidenta, medica, ministra, etc.) la reivindica y hace más fuerte y que un par de siliconas, más femenina. Así están las cosas, el poder en una letra, la igualdad en un decreto y la sensualidad propia en una sustancia ajena. Aún más, hay una extraña tendencia a hacer creer que la mujer no sólo es dueña de su cuerpo, sino de la vida que pueden llevar dentro.
Santa Madre, sin duda, el grado de civilización alcanzado no es para enorgullecer a alguien. Muchos menos a nosotras las mujeres que siendo, en gran parte las responsables de dirigir desde los primeros pasos a quienes dirigen lo que parece el último tranco de esta cansada humanidad; "no están ni ahí" con la crianza del hijo. ¿Será tal vez el motivo por lo que cada día es más común encontrar hijos-narcotraficantes, hijos-terroristas, hijos-corruptos? … ¿Hijos sin hogar, sin mamá?...
Nadie duda que la mujer puede y debe trabajar, pero hay un problema de concepto fundamental: Elección responsable. Quién piense que criar hijos está relacionado a no ser persona, no realizarse, no debería elegir la maternidad. Y quien piensa que criar un hijo es la carrera más importante de todas ya está en ventaja para tener un hijo sano. Tal vez, cuando entendamos que ésta es la más importante elección de vida; leyes, entrega de anticonceptivos o inauguraciones de salas cunas en liceos y colegios, no serán necesarias. Aunque, debemos reconocer aún estamos lejos de tal decisión.
Mamita Virgen, Tu que diste el ejemplo perfecto de lo que significa la maternidad: entrega y dedicación absoluta; ruega por nosotros.
Vivian Arend