Una muy buena noticia ha recibido la comunidad local, luego que el Papa Francisco reconociera hace algunos días las "las virtudes heroicas" -el primer paso hacia la santidad- del religioso chileno Francisco Valdés Subercaseaux, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, quien fue el primer obispo de la Diócesis de Osorno, a partir de 1955, y cuyos restos reposan en una cripta de la catedral de nuestra ciudad.
Según un comunicado difundido por la Santa Sede, el pontífice autorizó la promulgación del decreto por el que se reconocen las "virtudes heroicas" de Valdés Subercaseaux, a quien a partir de ahora se le otorga el título de "venerable".
Francisco Valdés Subercaseaux nació en Santiago el 23 de septiembre de 1908. Fue el segundo de cinco hijos de una familia muy cristiana. Estudió en el Colegio San Ignacio. Siendo muy niño se enfermó y, desahuciado por los médicos, su madre lo llevó con mucha dificultad desde Santiago a la lejana Misión de Río Bueno, para que lo viera el misionero capuchino y médico naturista Padre Tadeo de Wissent, famoso por sus métodos de hidroterapia de Knipe. Milagrosamente le hizo recuperar la salud.
Monseñor Valdés fue un hombre dotado de grandes cualidades humanas, espirituales, intelectuales y artísticas, que en nuestra zona realizó una valiosa labor tanto en la conformación de la Diócesis, como junto a las comunidades indígenas.
En 1998 se inicia el proceso para su canonización. Con ese fin, Alejandro Goic -en esa fecha obispo de Osorno- designó como juez delegado al Padre Jaime Correa S.J. La investigación se extendió por tres años, y logró reunir más de seis mil páginas de testimonios y recoger declaraciones de 200 testigos.
El 28 de septiembre de 2001 se completa el proceso para el reconocimiento de sus virtudes y se traslada a la Santa Sede. El Vaticano da la validación jurídica para que se lleve adelante el proceso de beatificación del Siervo de Dios, que ahora ha dado un paso muy relevante y satisfactorio para los impulsores del proceso y la comunidad osornina en general.