Premian a misionero que trabajó desde chofer hasta enfermero hace medio siglo en Quilacahuín
labor. Martin Bakkers (77) fue reconocido ayer por el Servicio de Salud de Osorno en la celebración de los 50 años del arribo de la congregación franciscana Hermanos Penitentes a la misión situada en la comuna de San Pablo.
El misionero holandés Martin Bakkers (77 años) enfermero de profesión, recibió ayer el reconocimiento del Servicio de Salud de Osorno (SSO) por su abnegada labor social y humanitaria en favor de los huilliches y habitantes de los sectores rurales aledaños a la Misión de Quilacahuín, en la comuna de San Pablo.
Bakkers, oriundo de la ciudad holandesa de Tilburg, llegó a la zona en los años '70 como parte de los misioneros de la congregación Hermanos Penitentes de San Francisco, donde debido a la carencia de personal en el hospital de la Misión de Quilacahuín, desarrolló trabajos tan distintos entre sí, aunque también muy necesarios en dicha zona: fue chofer de ambulancia, auxiliar paramédico, auxiliar de servicio, calderero y jefe de personal, entre otros cargos.
"En aquellos años había poco personal en el hospital, por lo que uno tenía que desarrollar todo tipo de actividades en favor de los pacientes. Fue hermoso el comienzo de mi trabajo en Quilacahuín donde levantamos una gran obra".
Fueron las declaraciones del religioso Martin Bakkers al recibir el reconocimiento del SSO en el acto realizado ayer en el gimnasio del Liceo Forestal de Quilacahuín. En dicho lugar se realizó la celebración de los 50 años de la llegada de la congregación Hermanos Penitentes de San Francisco a Quilacahuín, conmemoración que comenzó con una misa en la parroquia.
El misionero, en medio de aplausos y felicitaciones de los integrantes de su congregación (encabezada por el superior general Gerardo Broeder) además de religiosos de la Diócesis de Osorno e integrantes de la comunidad educativa de Quilacahuín, estaba sorprendido por el reconocimiento a su labor y llamó a los habitantes a continuar trabajando en favor de la salud de dicha zona rural.
Mientras que Charlotte Lovengreen, cónsul honoraria de Holanda en Valdivia, destacó el trabajo realizado por la congregación de Hermanos Penitentes en la localidad de la provincia de Osorno, señalando que "con el paso de los años nos podemos dar cuenta que los misioneros forman parte de la historia de este lugar y realizaron un trabajo silencioso en favor de miles de personas, entre ellos los habitantes huilliches".
En el mismo recinto estaba Marisol Jaramillo, integrante de una banda musical huilliche, quien a sus 40 años está profundamente agradecida de la ayuda entregada por los Hermanos Penitentes en la zona de Quilacahuín, enfatizando que "los religiosos ayudaron a devolver la dignidad al pueblo indígena".
El padre Jaime Wolfs, representante de la congregación, dijo que la obra se construyó con voluntad y mucho cariño hacia la comunidad.
8
de noviembre se realizará el festejo de los 50 años de la congregación de Hermanos Penitentes en el santuario de Misión Rahue.