El tránsito hacia la educación superior
Para muchos jóvenes, pasar del mundo de la educación media a la superior, constituye una experiencia grata y llena de emociones positivas. Sin embargo, al ser una nueva etapa, este avanzar es para algunos también sinónimo de estrés y de angustia.
Los estudiantes se encuentran en una etapa donde necesitan respuestas a preguntas claves que les ayuden a definir su identidad: quién soy, qué debo o no debo ser y cómo me veo en el futuro. Quieren saber si la carrera que están eligiendo, es o no a lo que quieren dedicarse el resto de sus vidas y desean tener certezas a estas inquietudes rápidamente, idealmente en una línea común con lo que su entorno familiar entiende como una oportunidad para tener una buena calidad de vida en el mundo adulto.
Todas estas expectativas pueden generar manifestaciones de estados ansiosos en los jóvenes, cuya disonancia es posible de identificar en los resultados académicos que aparecen durante los primeros meses de estudios superiores. Son deficientes o no responden a las expectativas de los mismos alumnos, si se comparan con los rendimientos que obtenían en la enseñanza media. Otro indicador es que se sienten solos, desadaptados, fuera de lugar. Se desmotivan rápidamente porque no logran armar un nuevo círculo de amistades; no se sienten acogidos; los invade un sentimiento de desprotección, especialmente si son estudiantes que viven en una ciudad distinta a la que está su familia.
Pensando en esta transición y en cómo apoyar a un alumno que vive esta última para hacer del paso de la educación media a la superior algo fluido y natural, vale la pena considerar los siguientes tips para hablar con él.
Es muy bueno explicarle que nada es para toda la vida, y que siempre existirá la posibilidad de comenzar nuevamente. Lo que me gusta o me resulta bueno hoy, puede que mañana no lo sea tanto. Todo tiene que ir por etapas. Es conveniente terminar lo que se comienza y una vez alcanzada dicha meta, plantearse un nuevo desafío. Este último puede ser muy distinto al anterior, pero es lo que me hace feliz en ese momento.
Un mensaje para los padres de este joven. Confíen en su hijo. Él está buscando su lugar en la vida. Debe elegir qué estudiar de acuerdo con sus intereses, según como él entiende la felicidad y no como la perciben los demás.
Por eso su elección debe ser hecha desde lo que le gusta hacer. Así será un profesional o técnico feliz.
Rodrigo Ibáñez C.