Quilacahuín y Coyunco
Quilacahuín y Coyunco son dos nombres de gran significado en la historia local. Quilacahuín, al parecer, tiene relación con el levo de Culacaví del siglo XVI. Coyunco con el estero ubicado al final de Pampa Alegre, donde desemboca el río Rahue. También con dos lugares que se erigen en el año 1794, con un gran pasado histórico.
El 22 de octubre la Misión San Bernardino de Quilacahuín, a orilla del río Bueno y trasladada en 1805 a su actual ubicación. El día 24 de octubre la Misión San Juan Capistrano de Coyunco, al final de Pampa Alegre. La más extensa fue Coyunco, llegando hasta Hueyusca y desde el río Rahue hasta el mar, reducida hacia 1850 hasta Huilma.
Ambos recintos serán el centro de reunión de los pobladores bajo su jurisdicción: indígenas cuncos y huilliches y los repobladores de Osorno radicados después de 1795.
La convivencia ente indígenas y repobladores generará diversos tipos de relaciones y un temprano mestizaje, lo que se comprueba en los registros parroquiales que datan de 1794, siendo el más característico el de los Jaramillo Imilmaqui, Catalán o Moreira, que provienen de capitanes de amigos en estas misiones. Incluso en Quilacahuín hubo un destacamento militar desde 1785, dejando descendencia vigente hasta ahora más de algún soldado.
La evangelización la realizan franciscanos españoles de la misma congregación que actuó en Chiloé, pero también en Bolivia, norte de Argentina, Perú o California y Texas después de la expulsión de los jesuitas (1767), fundando misiones que originaron ciudades como San Francisco, San Bernardino o San Juan Capistrano en California.
Toda la tradición religiosa y festiva de la zona costa de la provincia proviene de las misiones, incluso lo que algunos consideran indígena (rogativas, bailes, música, ritos fúnebres) con el mismo patrón cultural de Chiloé.
Junto a las misiones San Juan de la Costa y San Antonio de Pilmaiquén (hoy San Pablo) han contribuido a conformar la identidad cultural de nuestra provincia, la que permanece vigente resistiendo la modernidad y patrones culturales ajenos a la idiosincrasia de los osorninos.
Rodrigo Rodríguez Pérez