Casi 25 mil personas residentes en Osorno son las que integran el Programa Cardiovascular de la salud primaria en la comuna y, por consiguiente, reciben algún tipo de medicamento para tratar enfermedades vinculadas al correcto funcionamiento del corazón.

De hecho, según la estadística del primer semestre del año, del total de más de 17 millones de dosis de remedios entregadas en los Centros de Salud Familiar (Cesfam), un 59% corresponde a pacientes que sufren algún tipo de enfermedad cardiovascular.

Y aunque sorprenda, la cifra está en línea con lo que indican los registros a escala nacional y global, por lo cual es vital mejorar la educación de la comunidad sobre los cuidados del corazón necesarios para llevar una vida más sana.

En efecto, las enfermedades cardio y cerebrovasculares -como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular- son las más mortíferas del mundo, ya que se pierden 17,1 millones de vidas al año. Sólo en Chile mueren 45 personas al día por estas causas.

Según cifras del Ministerio de Salud, en nuestro país estas enfermedades representan un 30% de las defunciones, siendo la primera causa de muerte en hombres mayores de 35 años y mujeres mayores de 50 años. Además, el 60% de los chilenos presenta entre 2 a 4 factores de riesgo, tales como sobrepeso, hipertensión, colesterol y glicemia sobre los valores normales.

En materia de prevención, muchas de las recomendaciones son conocidas, pero poco practicadas.

Según aconseja Karen Yáñez, académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, debemos hacer ejercicio, comer frutas, verduras y elegir grasas saludables. Todo esto nos ayudará a regular los niveles de colesterol, presión sanguínea y así prevenir las enfermedades cardiovasculares. Preferir la leche descremada en vez de leche entera, pistachos y nueces en vez de papas fritas, aceite de oliva en vez de mantequilla, cereales y panes integrales en vez de cereales azucarados o pan blanco.

Todo esto, refleja que aunque la salud está en nuestras manos, muchas veces hacemos poco por mantenernos saludables y mejorar nuestra calidad de vida.

"Mari mari casera ¿qué lleva?- Chascú y perequil-Nielen Kulliñ!..." Cuando uno crece en medio de este tipo de diálogos y transacciones comerciales entre la mamá y las caseras de delantales floridos como la primavera, se hace imposible creer que la violencia que hoy vivimos desde la Araucanía a Los Lagos sea responsabilidad de esas personas de andar pausado y mirar esquivo.

¡Devuélvannos la tierra! es el grito de guerra de algunos... ¿Tierra de quién? ¿Acaso no somos todos chilenos?...

Aquí entre nos, si la pureza de la sangre convierte a algunos en dueños de algo, nosotros los "mezclados" ¿qué somos? ¿trabajadores a sueldo? ¿Simples pagadores de impuestos?...

¿Como llegamos a esto? A ver cómo destruyen tierras por años trabajadas, campos en plena producción, incendiando bienes y lo que es peor, compatriotas honrados y trabajadores quemados vivos dentro de sus casas.

Todo por pequeños grupos armados, encapuchados ocultos en la oscuridad, sembrando el terror, con el pretexto de recuperar tierras...

¿Alguien se atreverá a ponerle el cascabel al gato? Parece ciencia ficción estar frente a actos imperdonables y que los gobernantes frente a esta violación a nuestros derechos se limiten a poner cara de "qué horror habría que castigarlos"... ¿Y?

Y aquí seguimos los chilenos, torturados, aterrorizados en plena democracia y mientras las actuales autoridades pasan de mesas de diálogos a querellas, de cambios de leyes a declaraciones; nuestro país sigue a merced de grupos que utilizan cualquier bandera para sus reconocidos propósitos, maleantes internacionales, auspiciados por conocidos partidos políticos con el único fin de impedir que chamantos y chaquetas, bocinas y trutrucas, pianos y cultrunes, sombreros y trariloncos, no puedan vivir en paz bajo el mismo antü (sol) sobre la misma Ñuke Mapu (Madre Tierra)...

¿Tierra? Otra vez, es posible que los mapuches sean originarios o tal vez antes que ellos fueron otros, sin embargo ni ellos ni los que vendrán son dueños de la tierra, sino que todos somos de ella y en el mejor de los casos nos la tienen arrendada y sólo con esfuerzo, sacrificio y amor, podemos poseerla por un rato... ¿O no?

Vivian Arend