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Mujeres huilliches ganan en promedio $130 mil mensuales menos que las no indígenas

estudio conadi. La Región de Los Lagos registra la mayor brecha salarial en relación a las otras zonas estudiadas. La menor tecnificación y escolaridad explicarían parte de esta diferencia en la remuneración que alcanzan las mujeres indígenas.
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vguerreroc@australosorno.cl

Hasta $130 mil 234 mensuales menos puede llegar a ganar una mujer huilliche de la Región de Los Lagos en relación a una no indígena del mismo territorio.

Así lo dejó de manifiesto el "Estudio Mujeres Mapuche: Tierras, Agua, Participación y Cultura", realizado de manera inédita por la Fundación Instituto Indígena y financiado por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), donde se mostró que una mujer indígena en la Región de Los Lagos puede ganar mensualmente en promedio $196.561 mientras que una no mapuche alcanza en promedio $326.795.

Bajo estos parámetros locales, esta cifra no sólo cobra importancia porque en la provincia de Osorno se concentra la mayor población de huilliches, sino que en esta Región se registra la brecha salarial más amplia (de un 66%) entre mujeres indígenas versus aquellas que no pertenecen a esta etnia en relación a las féminas del Bío Bío, La Araucanía y Los Ríos, que registran un 51%, 40% y 57% de diferencia respectivamente.

menor calificación

La actividad laboral no calificada, también, es la que más representó a la mujer mapuche en las cuatro regiones, y la brecha más amplia se constató en La Araucanía con un 20% (un 40% de las mujeres mapuches de esa región son trabajadoras no calificadas).

Existe un segmento mayoritario de las mujeres mapuches que trabajan por cuenta propia o de forma independiente, con valoración de lo cultural y aprovechamiento de los recursos que les provee su entorno natural.

En Los Lagos existe un 30% de mujeres que realizan trabajos no calificados de ventas y servicios, mientras que en las no mapuches este porcentaje es sólo de un 19%.

Otro aspecto diferenciador a la hora de acceder a una mejor remuneración y que puede explicar, en parte, esta brecha salarial es el nivel de escolaridad: más de la mitad de las mujeres mapuches de esta Región sólo cuenta con enseñanza básica (56%) -convirtiéndose en la región con más mujeres con escolaridad básica- y sólo un 5% tiene estudios superiores (universitario y/o técnicos) y un 6% de mujeres no tiene educación formal (ver caracterización).

"Racismo"

En tanto la directora regional del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) en Los Lagos, Rocío Antezana, sostuvo que esta brecha salarial responde netamente al "racismo" que aún impera en la sociedad, "porque así como tenemos una sociedad machista, también tenemos una cultura y una sociedad racista", dice.

Sin embargo, aseguró que no es una novedad que se den estas brechas ya que los descendiente de los pueblos originarios desde hace mucho tiempo han estado en una situación de inferioridad respecto del resto de la población.

Para la antropóloga y académica de la Universidad Austral de Chile, Debbie Guerra, experta en género, las estadísticas son bastantes preocupantes, aunque va casi en la misma línea del último informe de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer o CETFDCM (también conocida por sus sigla en inglés CEDAW) que entregó al Estado chileno y que muestra cifras preocupantes de analfabetismo mapuche. Datos que, a juicio de Guerra, están relacionadas con la menor remuneración que muestra el estudio financiado por Conadi.

Además de la subordinación de género que existe en el país, esto se agrava en el caso de la mujeres de un pueblo originario, ya que vivimos en una sociedad "racista", dice, "expresada en discriminación y falta de oportunidades".

En paralelo, las mujeres deben someterse tempranamente a labores productivas del hogar y a las labores reproductivas que postergan su formación académica.

Para la concejala huilliche de San Juan de La Costa, Prosperina Queupuan, quien además participó de dicho estudio, esta brecha salarial es el primer indicio de "discriminaciones". Aunque también dice que se debe considerar la menor participación de mujeres huilliches en la actividad laboral remunerada, lo que genera que la brecha sea más pronunciada.

La concejala indígena en la comuna de San Pablo y ex consejera nacional indígena de Conadi, Emilia Nuyado dijo que las mujeres mapuche han sido históricamente las transmisoras del conocimiento cultural y en cualquier labor que realice deben esforzarse el doble que una mujer no mapuche para demostrar capacidades, conocimiento, habilidades, responsabilidad y liderazgo.

"La sociedad no mapuche es muy exigente con las mujeres indígenas y en general con los pueblos originarios, sobre todo en esta Región donde la gran mayoría es clasista y racista", aseguró.

Añade que un gran porcentaje de las mujeres huilliches provienen de familias rurales y urbanas de gran esfuerzo y no se cuenta con "padrinos adinerados ni bisabuelos, abuelos, padres terratenientes o dueños de empresas", comenta Nuyado.

difícil acceso educación

"Si sumamos que tenemos un sistema discriminatorio para ingresar a la universidad como es la Prueba de Selección Universitaria y si tenemos una escolaridad desigual entre colegios urbanos y rurales, además de los que pueden o no pagar, obviamente que los pueblos originario van a quedar en peores condiciones, en un sistema que de por sí es desigual", explicó la directora regional del Sernam.

Bien sabe de ello la concejala Prosperina Queupuan Cheuquian (46 años), quien tuvo que salir de su casa en la localidad de Huamputue (zona que pertenece a la misma que hoy representa y donde el 90% de su población es de origen huilliche) para poder cursar la enseñanza media.

Los primeros años tenía que caminar 8 kilómetros para ir a la escuela junto a su madre, quien era ecónoma en esa escuela. Después debió ser internada para cursar la enseñanza media. Sólo iba cuatro veces al año a visitar a sus familiares. "Me quedaba todo el año en el internado y los fines de semana a los alumnos les lavaba las camisas y juntaba mi platita para estudiar, siempre hice eso", comenta la concejala, quien logró estudiar la carrera técnica de diseño en iconografía mapuche.

En las vacaciones de verano, cuando podría haber descansado, trabajaba como empleada puertas adentro. "Me iba a encerrar a las casas de empleadas particulares. Me quedaba los dos meses, juntaba mi plata y estudiaba aprovechando la Beca Indígena".

Este beneficio, dice, fue una oportunidad que se le debería dar a todos los jóvenes que quieren estudiar, pero lamentablemente eso no ocurre, sostiene. Con ese mismo beneficio que entrega la Conadi llegó a la universidad y con 27 años de edad estudió Trabajo Social.

"Mi carrera costó $11 millones y como ingresé vía trabajador, tuve que costearme sola", comentó esta destacada dirigente social.

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