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Hace 13 años, desde que "Taxi para tres" del cineasta Orlando Lübbert se llevó la Concha de Oro, que una película chilena no competía en la sección oficial del Festival de San Sebastián. Esa tendencia se rompió ayer finalmente con la presentación de la cinta "La voz en off", el nuevo trabajo de Cristián Jiménez.
Este es el tercer largometraje de Jiménez, luego de "Ilusiones ópticas" (2009) y "Bonsái", cinta que en 2011 le valió ser parte de la selección oficial del Festival de Cannes. Hoy con este nuevo reconocimiento, el cineasta chileno está sobre todo contento.
"Estoy tranquilo y nervioso a la vez, pero básicamente contento de estar en un festival tan importante para el cine latinoamericano", cuenta el oriundo de Valdivia en entrevista con la agencia dpa. Sus trabajos anteriores también habían sido presentadas en la ciudad española, por lo que no es su primera vez en San Sebastián.
Coproducida en colaboración con Canadá y Francia -incluida la participación de la actriz gala Julie Gayet, ex pareja del Presidente de ese país, Francois Hollande- "La voz en off" se introduce en el seno de una familia para explorar los conflictos generacionales y los problemas para comunicarnos con las personas que más nos importan.
Así, la actriz Ingrid Isensee encarna a Sofía, una atractiva madre separada a la que no paran de lloverle complicaciones. Cuando un día se entera que su padre quiere dejar a su madre (interpretada por la protagonista de "Gloria" Paulina García), empieza a indagar en un pasado familiar que no era como ella pensaba.
Otra de sus complicaciones tiene que ver con el regreso de su hermana, Ana, que acaba de pasar tres años haciendo un doctorado en Francia. Son distintas, a una parece irle muy bien y a la otra muy mal, y además vuelven a ser hijas y hermanas, viviendo juntas de nuevo las problemáticas familiares.
Y el director de la cinta, analiza esa situación como una constante en su trabajo. Una vez más, explica Jiménez, "se mantiene la pregunta por el relato, que en 'Bosai' tenía un sentido más literario y aquí más personal". "Más que los acontecimientos, el tema tiene que ver con los diálogos y con la necesidad y la dificultad de juntar las palabras para nombrar las cosas", analiza el chileno.
Humor y Valdivia
Además, aunque "La voz en off" parte de un material eminentemente dramático, también hay espacio para el humor con ciertas situaciones que adoptan un tono de la "screwball comedy" (comedia de enredo), apunta. Y en eso es clave que su escenario sea la ciudad natal del director, Valdivia.
Sobre ese escenario el cineasta reflexiona que la elección "tiene que ver evidentemente con el hecho de haber crecido allá, pero además me interesaba que se mostrara la contradicción entre lo provinciano y local y lo contemporáneo o global", desde la abuela que habla por chat a la pareja extranjera de una de las hermanas (María Siebald).
Para Siebald ("Aquí estoy, aquí no"), la película funciona en cierta manera como una metáfora de la familia chilena: "Es una opinión personal, pero creo que en las familias chilenas sucede que gusta preocuparse por el problema del otro, meterse allá en lugar de preocuparse por sí mismo. Y creo que esta película es como una traducción de eso", comentó la actriz chilena.
De ahí que, si mientras "Ilusiones ópticas" estaba muy ligada a la percepción, a la mirada, por otra parte "La voz en off" se centra en el diálogo, que cobra incluso mayor peso que la acción. La incapacidad de los personajes para verbalizar lo que está ocurriendo es quizá lo que genera más tensión, explica el realizador. Un tema que al público chileno podrá parecerle más que familiar.
Además, comenta la actriz chilena Isensee, quien protagoniza la cinta, se trata también de una aproximación "más realista", pues en la vida real rara vez se resuelven este tipo de problemas de forma definitiva, descubriendo una "verdad absoluta". Por eso, explica, su personaje, más que juzgar, "quiere que las cosas sean dichas". Aunque, como añade Jiménez, la verdad "siempre es más opaca".