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La pasión del amateurismo le gana a las carencias

cancha de barrio. Ni el agua, el frío o el barro detienen a los hinchas que llegan hasta la Alday.

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Los bombos, bengalas, cánticos y banderas se agitaron el domingo para celebrar la fiesta del fútbol de barrio. En esta oportunidad el escenario fue la cancha Alday ubicada en el barrio Rahue 2, donde las familias se congregan en torno al rectángulo que a esta altura del año se encuentra en pésimo estado. Aún así, ni siquiera el barro o las pozas que se dispersan a lo largo y ancho de esta emblemática cancha merman el entusiasmo de jugadores y dirigentes. Impecablemente vestidos por uno y otro lado, sólo hacen falta unos pocos minutos para que jugadores queden embarrados, lo que muestra que la pasión del fútbol amateur es más fuerte que las carencias a las que se enfrenta cada fin de semana.