Como se sabe, desde que una moneda tuvo más peso que un individuo, el mundo nunca más fue el mismo y queramos o no, estamos clasificados en estratos socio-económicos: cuánto tienes cuánto eres: ABC1 es el top de la escala '$oológica' y la D sería la letra de los desposeídos, por lo que todo lo que está entre los extremos seríamos nosotros: la clase media.
Sin embargo, the autóctono's medium class, también tiene su propia estratificación: media-alta, media-media, media-baja.
Una pura estupidez porque entre los 300 mil pesos y los millones mensuales, lo único que nos diferencia es el valor de la cuota en la multitienda, el color de la tarjeta de crédito o la textura del tapiz del auto.
Pero lo más increíble es que además de aperrar por nuestra cuenta con las consecuencias de terremotos y catástrofes, somos los únicos que por muy grave que esté nuestro hijo, al día siguiente nos las arreglamos para ir impecable a trabajar, llegar a tiempo a la oficina o a abrir nuestro pequeño negocio.
Los 'medium' más encima, somos pensantes, honrados y trabajadores, generalmente bien educados y aún peor, conscientes que tener buenas costumbres en algunos gobiernos es perder el tiempo, porque hoy el roto que tira basura a la calle o corrompe el sistema, es absuelto y el pelafustán que viola y mata tiene defensores gratis (gasto que también corre por nuestra cuenta)…
En fin, mientras las actuales autoridades dialogan, viajan y ostentan de gran país, la clase media, dale que dale, reza que reza.
Aquí entre nos, que nos manosean en los discursos y nombren cada cinco minutos en la tele ¿no le da un poco de molestia? ¿Una especie de incomodidad corporal?...
No es por pelar, pero ¿que nos está pasando que a pesar de ser la verdadera fuerza laboral y millones de votos, sigamos aceptando ser el jamón del sándwich, los invisibles, sin derecho a pataleo?... ¿Usted qué cree?