Una celebración anticipada de su cumpleaños número 58, que será el lunes 11 de agosto, tuvo la tarde del lunes María Elizabeth Castro, quien vivió dos semanas al interior de un automóvil abandonado en la población Quinto Centenario, al recibir las llaves de su vivienda de 9 metros cuadrados construida en el patio del inmueble de un familiar en población Cipriano Uribe, sector de Rahue Alto, con ayuda y recursos reunidos por profesores, apoderados y alumnos del Liceo Industrial.

La historia social de la mujer que vivió durante 15 días en los asientos de un viejo automóvil marca Lada estacionado en calle Barcelona, fue conocida por vecinos del sector, quienes la mañana del sábado 3 de mayo llamaron a El Austral para dar a conocer la situación y buscar ayuda para la dueña de casa, quien no tenía dónde vivir después de perder la pieza que arrendaba.

Fue así como el caso de María Elizabeth Castro, quien presenta un leve grado de esquizofrenia en tratamiento en el Centro Salud Familiar (Cesfam) de población Quinto Centenario, quedó en manos del Hogar de Cristo (ubicado en calle Paula Jaraquemada) cuyos encargados la acogieron para brindarle alojamiento y comida.

El director provincial de la institución benefactora, Yerko Villanueva, junto al asistente social Guido Bello comenzaron con el desafío de hacer realidad el proyecto para conseguir una casa para María Castro, quien en su oportunidad manifestó su deseo y necesidad de tener un techo seguro para vivir sola y de forma tranquila.

Enseguida surgió el ofrecimiento de los integrantes del Taller de Acción Social del Liceo Industrial de Osorno, dirigido por el profesor Víctor Delgado y Emilia Espinoza, ex asistente social del establecimiento, quienes informaron que el alumnado realizó una campaña económica para reunir dinero, materiales de construcción y madera para levantar una vivienda a la mujer que requería un espacio para vivir.

El proyecto de la casa culminó la tarde del lunes cuando los profesores y alumnos industrialinos le entregaron las llaves de su casa a María Castro, quien lloró al comprobar la generosidad y buen corazón de quienes la ayudaron para tener un espacio seguro.

'Fue terrible dormir en un auto. Cuando tenía frío y para superar las heladas madrugadas salía a caminar y a fumar para no congelarme. Soy una agradecida de los profesores, apoderados y alumnos del Liceo Industrial, quienes se preocuparon de mi problema y me construyeron una casa con todos los servicios (instalación eléctrica, baño y agua)', relató la mujer al recibir su vivienda construida.

Y agregó que 'muchas veces lloré por la emoción que me significó ver a estos jovencitos y profesores preocuparse por mí, acción que agradezco. Son un ejemplo de solidaridad para la comunidad osornina'.

Guido Bello, asistente social del Hogar de Cristo, agradeció el apoyo de los alumnos del Liceo Industrial, ya que gracias a su aporte y trabajo se logró concretar la obra.

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