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La ONU cuestiona la magnitud de los ataques en Gaza y exige un alto al fuego

Medio Oriente. Israel afirmó que la ofensiva no se detendrá hasta no desmilitarizar la franja y destruir los túneles construidos por Hamas. China se sumó ayer a los llamados de un cese a la violencia.

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El enfrentamiento armado entre israelíes y palestinos de la Franja de Gaza cobró ayer nuevas víctimas en momentos en que Naciones Unidas cuestionó la magnitud de los operativos militares en la región.

'La alta cifra de pérdidas civiles pone sobre la mesa la cuestión de la proporcionalidad', señaló el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en relación con los más de mil muertos y seis mil heridos que ha dejado hasta ahora el conflicto entre las partes.

'Con cientos de palestinos muertos en Gaza y una alarmante destrucción', los responsables deberían poner fin a todas las provocaciones y violencia contra civiles, instó Ban en Nueva York, sin mencionar en concreto a ninguna de las partes en conflicto.

No obstante, Israel aseguró a través de su primer ministro, Benjamin Netanyahu, que la ofensiva no se detendrá hasta no desmilitarizar el enclave y destruir los túneles construidos por la agrupación radical palestina Hamas. Ambos puntos son requisito para poner fin a la ofensiva, insistió el jefe de Gobierno israelí.

'Los ciudadanos israelíes no pueden vivir amenazados por misiles y por túneles, bajo amenaza de muerte desde abajo y desde arriba', añadió. Netanyahu aseguró que la ofensiva es 'el primer paso para desmilitarizar Franja de Gaza'.

El objetivo fue respaldado desde EE.UU., donde el secretario de Estado John Kerry subrayó que cualquier proceso para resolver la crisis 'de un modo sostenible y significativo debe llevar al desarme de Hamas y de todas las agrupaciones terroristas'.

En la región, Israel y Hamas habían iniciado el día respetando un alto del fuego parcial e inoficial luego de los pedidos emitidos por EE.UU. y el Consejo de Seguridad de la ONU para que se acordara una tregua humanitaria sin condicionamientos.

Pero la violencia se reanudó en forma esporádica durante la jornada de ayer. Testigos del lado palestino reportaron que un hospital de Shifa, en Ciudad de Gaza, fue atacado por israelíes y provocó tres muertos y decenas de heridos. El ataque dio contra un ala externa del complejo de edificios de la que es la mayor instalación médica de la región.

Sin embargo, el Ejército israelí no sólo rechazó tener responsabilidad en el hecho, sino que además culpó a milicianos palestinos de haber disparado los cohetes que impactaron contra el hospital.

La población civil parece seguir siendo la más afectada. Ayer se reportó la muerte de siete niños palestinos cuando se encontraban en la plaza de un campamento de refugiados. En este caso, que dejó en total diez muertos, los bandos también se inculparon mutuamente, en tanto cuatro israelíes murieron y varios resultaron heridos en un ataque de mortero contra áreas cercanas a la frontera con la Franja de Gaza.

Además, las filas israelíes desbarataron un intento de Hamas por ingresar en Israel a través de un túnel. En el operativo murieron cuatro palestinos.

A nivel internacional, los llamados a un cese del fuego continuaron llegando. No sólo la ONU reiteró su pedido, sino que China también señaló su respaldo a las propuestas por la paz.

'Una solución duradera no puede lograrse por las armas', dijo ayer el mediador especial chino, Wu Sike, en Pekín.

El Gobierno de Irán, por su parte, anunció evaluar la posibilidad de convocar una conferencia internacional para ayudar a los palestinos de la Franja de Gaza. El ministro de Exteriores, Mohammed Yawad Zarif, invitóayer a sus homólogos de la comisión para Palestina del Movimiento de Países No Alineados a un encuentro de un día en Teherán, aunque la fecha no está aún fija, informó la agencia de noticias ISNA.

Ucrania y Holanda aprueban una misión internacional para investigar la tragedia aérea

Análisis. El estudio de las cajas negras apuntaría a que la causa del accidente fue una 'masiva descompresión explosiva'.

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Ucrania y Holanda acordaron ayer, pese a las reticencias rusas, el despliegue de una misión policial internacional para garantizar la investigación de la tragedia del avión malasio que fue derribado con 298 personas abordo en la región rebelde de Donetsk.

'La misión estará integrada por expertos y representantes de la policía de Holanda, Australia y el resto de países cuyos ciudadanos viajaban en el Boeing-777', señaló el Gobierno ucraniano en un comunicado.

El objetivo de la misión será 'garantizar la recogida de restos y la realización de una investigación en el lugar de la catástrofe ocurrida el pasado 17 de julio'.

El acuerdo fue suscrito por el viceministro ucraniano, Vladímir Groisman, y el ministro de Exteriores holandés, Frans Timmermans, de visita en Kiev.

El Presidente ucraniano, Petró Poroshenko, que se reunió poco antes con Timmermans y la ministra de Exteriores australiana, Julie Bishop, expresó su confianza en que la Rada Suprema o Parlamento apruebe dicho acuerdo este mismo jueves.

Poroshenko destacó que los agentes del orden, entre los que figurarían cerca de 200 policías militares y civiles holandeses, australianos y malasios, deberán garantizar la seguridad de los expertos internacionales.

Debido a los incesantes combates entre fuerzas gubernamentales y rebeldes prorrusos, los expertos tuvieron que dar la vuelta a su llegada por carretera a Shajtiorsk, la capital del distrito donde cayó el aparato.

El grupo de especialistas forenses holandeses y australianos, además de expertos en aviación de diversos países, esperan ahora en Donetsk un nueva oportunidad para dirigirse a la localidad de Grabovo, conocida como la zona cero de la tragedia.

Por de pronto, Andréi Lisenko, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano, reveló que el estudio de las cajas negras del aparato apuntan a que la causa del accidente fue 'una masiva descompresión explosiva', a lo que habría contribuido el impacto de múltiples fragmentos de metralla de un misil.

El que no tiene todas consigo en relación con la investigación internacional es Rusia, cuyo ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, subrayó ayer que el mandato de esa misión internacional debe ser acordada con el Consejo de Seguridad de la ONU.