Las aves silvestres invaden ahora la ciudad, loros, mirlos, bandurrias y treiles entre otras 87 especies, viven, procrean o pernoctan cuando la zona urbana con una abundante y frondosa vegetación les prodiga un hábitat donde cobijarse. Nuestros dos ríos ofrecen en su paso por la ciudad un medioambiente especial para la avifauna de humedales, como lo son la remolinera, la bauda o pájaro brujo, también el zarapito de pico recto que llega desde el ártico, donde junto a las gaviotas y garzas encuentran su alimento diario. Con los desechos del hombre se alimentan los fantasmagóricos jotes carroñeros y desde la foresta de las plazas, muy serios nos observan los tiuques.