No crea lector (a) que esta columna la está haciendo una psicóloga para hablar de las vacas, estos animales que rodean los campos de nuestra Región... es sólo una expresión para denominar justamente la entrada a las anheladas vacaciones.
Con más de 170 establecimientos educacionales sólo en Los Lagos, son bastantes los niños y niñas que no sólo van a dormir hasta el mediodía, sino que le preguntarán ¿y qué vamos a hacer en vacaciones de invierno? Algunos tendrán sus pasajes comprados, visitarán a la familia o tal vez asistirán a un exótico lugar donde compartir en familia. Sin embargo, no todos están en esta situación y por ello, es necesario sortear estas semanas de la mejor manera.
Las actividades recreativas que impliquen trabajar el cuerpo son una excelente opción: baile, danza, fútbol o artes marciales le ayudarán a sus hijos a tener conciencia de éste, mejorará su confianza, socializar, compartir intereses y regirse por reglas, regulará sus hábitos y fomentará la responsabilidad y puntualidad. Adicionalmente mejorará sus ciclos de sueño, su estado de ánimo, su alimentación, le permitirá ponerse metas y trabajar para alcanzarlas.
Por otra parte, el desarrollo de actividades artísticas constituye otra opción en la que los niños y sus cuidadores se pueden involucrar, pintar, dibujar o modelar figuras con arcillas potenciará sus habilidades motrices, su capacidad creativa y promoverá una cultura estética, necesaria para su formación integral.
Lo más importante es que como padre, madre o cuidador, trate de vincular a sus hijos a aquellas actividades que hacía usted cuando pequeño y que muy probablemente no representaban mayor gasto. Intente conversar con sus hijos de aquello que no suele hacer, de antiguos viajes o de cómo se vivía anteriormente, trate de despertar en ellos la curiosidad por conocer otras culturas, por saber qué se come en otras latitudes o qué tan pequeños somos en el universo.
Desempolve sus fotografías, organice aquellas que están amarillentas e invite a sus hijos a conocer sus antepasados o simplemente, abra su computador y revise junto a ellos las fotos que ha tomado durante años.
Y si luego de ello su hijo lo mira con un extraño gesto tratando de decirle ¡uuuu que eres fome!, no quedará otra opción que intentar con actividades ya probadas como ir al mall, comprar un helado o planificar un paseo. Todo sea por estar 'de vacas' y hacer de este periodo un tiempo inolvidable.