Secciones

Aumento de la tensión en Gaza pone al borde de la guerra a Israel y Hamás

crisis. Israel reforzó su operativo en Gaza y Hamás admitió lanzamiento de cohetes.

E-mail Compartir

La tensión entre Israel y Hamás aumentó en las últimas horas y les colocó al borde de la guerra, después de que el gabinete de seguridad israelí acordara reforzar su operativo en Gaza y el brazo armado del movimiento islamista lanzara una descarga de cohetes contra el sur y el centro del país.

Las 'Brigadas Azedin Al Kasem', brazo armado de Hamás, admitieron que han lanzado 'decenas de proyectiles contra las localidades de Ashdod, Ashkelon y Netivot, en respuesta a la agresión sionista'.

Casi al mismo tiempo, el diario israelí 'Haaretz' informó que el gabinete de seguridad, encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, había decidido ampliar las operaciones contra el movimiento islamista en Gaza. Según el medio, las alarmas antiaéreas se escucharon por primera vez desde el inicio de esta crisis.

Los acontecimientos comenzaron a precipitarse ayer por la mañana, después de el brazo armado de Hamás clamara venganza por la muerte de seis de sus milicianos en un ataque israelí contra un túnel en el sur de la franja. Otros dos milicianos murieron en un ataque contra un campo de refugiados.

En el lado israelí, las presiones del ala más conservadora hacia Netanyahu para que endureciera la respuesta a Hamás también se intensificaron con la decisión del ministro de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, de romper con la alianza electoral que llevó a ambos al poder hace un año.

Lieberman y Netanyahu se enzarzaron el domingo en una acalorada discusión sobre el tipo de respuesta que Israel debe dar a Hamás, al que acusa del asesinato de tres jóvenes. Tras la muerte de esos estudiantes, el adolescente palestino Mohamad Abu Jedeir fue quemado en Jerusalén Este y tres de los seis israelíes detenidos en relación con su asesinato confesaron el crimen.

Papa se reúne por primera vez con víctimas de abusos

Vaticano. El Pontífice les pidió perdón por la poca reacción de la Iglesia frente a los casos de pedofilia.

E-mail Compartir

El Papa Francisco se reunió ayer por primera vez con víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos católicos y les pidió perdón 'por estos pecados de omisión y graves crímenes'.

El Pontífice argentino celebró una misa en el Vaticano con seis víctimas procedentes de Alemania, Reino Unido e Irlanda. Luego dialogó ampliamente -unas tres horas en total- con los tres hombres y las tres mujeres.

La Iglesia católica se vio sacudida en los últimos años por acusaciones de abusos ocurridos en varios países durante décadas, sin que las autoridades eclesiásticas hicieran nada para ponerle freno e incluso los ocultaran.

El predecesor de Francisco, Benedicto XVI, se reunió en cinco ocasiones con personas que fueron víctimas de abusos sexuales en iglesias o instalaciones católicas, tanto en EE.UU. como en Alemania.

En su sermón, Francisco pidió perdón por aquellos líderes de la Iglesia que no respondieron de manera apropiada a las informaciones sobre abusos. 'Humildemente pido perdón', dijo el Papa, quien reconoció que los líderes de la Iglesia 'no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso'. 'En el clero no hay lugar para aquellos que cometen abusos', agregó, y subrayó que no tolerará delitos contra menores de edad.

El Papa manifestó que siente dolor y pena desde hace algún tiempo por el hecho de que sacerdotes y obispos hayan violado su inocencia y su propia vocación como sacerdotes con el abuso sexual de menores de edad. La Iglesia universal debe proteger a los menores de edad, recalcó.

Jorge Mario Bergoglio, de 77 años, y las víctimas celebraron la misa en una pequeña capilla de la casa de huéspedes del Vaticano, Santa Marta. Luego, el Papa se reunió con ellos para un diálogo personal. Según informó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, estuvo media hora con cada uno.

Francisco había anunciado personalmente este encuentro e instruido al Vaticano a organizarlo con total discreción.

En el vuelo de regreso de Tierra Santa a fines de mayo, el Papa comparó el abuso sexual por parte de religiosos con una 'misa negra' y lo condenó duramente.

Muere Eduard Shevardnadze, figura clave de la Perestroika

Fallecimiento. El último ministro de Exteriores de la URSS tenía 86 años.

E-mail Compartir

El último ministro de Exteriores de la extinta Unión Soviética (URSS) y ex Presidente de Georgia, Eduard Shevardnadze, murió ayer a los 86 años en Tiflis, la capital de Georgia.

Según su portavoz, el político falleció a las 12.00 local (08.00 GMT) tras sufrir una grave enfermedad, explicó a DPA Soso Tkebuchava.

Nacido el 25 de enero de 1928 en Mamati, cerca de la costa del Mar Negro, Shevardnadze hizo carrera en el Partido Comunista de la Unión Soviética a partir de 1948, en tiempos de su compatriota Josef Stalin. El último Presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, lo llevó a Moscú como ministro de Exteriores en 1985. Junto a él jugó un papel muy importante en el deshielo político a través de la 'glasnost' (apertura) y la 'perestroika' (reformas). En Alemania es recordado también por su papel en la reunificación.

Sin embargo, en Georgia su legado político no fue tan celebrado. Tras la caída de la URSS y el bloque oriental en 1991 dirigió un país dominado por el caos, la pobreza y la guerra civil, y no logró estabilizarlo ni iniciar las reformas necesarias.

Decepcionó a muchos georgianos durante su mandato caracterizado por la corrupción y además no solucionó los conflictos en torno a las separatistas regiones de Abjazia y Osetia del Sur, hoy declaradas independientes aunque no reconocidas internacionalmente. En los once años de su Presidencia sobrevivió a tres atentados.

Además, tuvo que dimitir de la Presidencia en 2003 en medio de la Revolución de las Rosas contra su régimen corrupto de clanes familiares. Entonces, decenas de miles de georgianos salieron a las calles con rosas en las manos y llevaron al poder a Mijail Saakashvili, que vivió y saludó la caída de Shevardnadze.

Pese a su grave enfermedad, hasta el último momento no dejó de opinar públicamente en cuestiones de política interna de la república surcaucásica que aspira a entrar en la Unión Europea y la OTAN.

Gorbachov alabó al georgiano como un gran político. 'Prestó una importante contribución a la política exterior de la perestroika y fue un honesto defensor de un nuevo pensamiento en el mundo', dijo a la agencia de noticias Interfax. El político de 83 años definió al fallecido como un amigo, que en los años 80 contribuyó a conformar la política de 'glasnost' y 'perestroika'.

Además, tuvo un gran papel en la 'unificación de Alemania, en cuestiones europeas, en la normalización de las relaciones con China y en el diálogo con EE.UU.', añadió Gorbachov. También trabajó especialmente por el fin del rearme atómico.

Gorbachov destacó su 'temperamento georgiano'. 'Podía llegar rápidamente a distintas personas, tanto jóvenes como de una generación de mayor edad', contó.

El Presidente ruso, Vladimir Putin, expresó sus condolencias a los familiares del ex ministro soviético y al pueblo georgiano. El primer ministro georgiano, Irakli Garibashvili, ordenó un funeral de Estado para el político. El ex Presidente Saakasvili lo consideró una 'importante figura' del imperio soviético.