Mucho se habla de la restricción al uso de la leña en la ciudad de Osorno, que la normativa es pobre y que la desinformación abunda, que al dejar cerca de 8 mil viviendas sin poder calefaccionarse con leña se comprometen otros aspectos y no solo la disminución en el enormemente contaminado aire osornino. La verdad es que es cierto que la información ha sido escasa, sin embargo, las razones desde el punto de vista médico son poderosas.
El Material Particulado fino MP2,5 debido a su pequeño tamaño hace que respiremos la partícula casi en su totalidad, que nuestro sistema de defensa, la mucosa de la vía respiratoria, sea ineficaz en contener la contaminación y todo este material enormemente dañino irrite nuestra vía aérea y se acumule en nuestro sistema, es como fumar un cigarrillo constantemente e incluso peor que eso. ¿Y qué ocurre cuando nuestra vía aérea se irrita?, en personas adultas no es más que una picazón, un poco de tos y una que otra expectoración si realizamos actividad física, quizá una leve sensación de ahogo, pero, en la población infantil y adulto mayor la reacción es distinta. Muchas personas con enfermedades crónicas del sistema respiratorio, asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica, no pueden ni acercarse a la calle. Claro, si la exposición a altos niveles de material particulado es nociva para la salud de las personas en general, pues para ellos es un riesgo de reagudización de sus cuadros respiratorios.
En los menores de un año, cuyo sistema respiratorio aún es inmaduro, la posibilidad de generar un cuadro alérgico, una crisis bronquial obstructiva o una neumonía se multiplica, lo que también puede llegar a ser mortal.
Es por todo esto que respetar la normativa en estos días no es suficiente. Debemos tomar conciencia del riesgo ambiental al que nos exponemos a diario al usar indiscriminadamente la leña húmeda, el carbón y en menor medida los automóviles particulares, porque tema aparte es el gran número de buses y camiones altamente contaminantes que circulan por las calles de Osorno sin que la autoridad se dé cuenta, o quiera darse cuenta. Pero la culpa no es del otro, del vecino o de la industria, es de todos y debemos tomar conciencia.
Otras ciudades del sur de Chile ya han implementado estos planes y han tenido importantes resultados en el día a día y en la educación sobre la mejor forma de calefaccionarnos en invierno, un ejemplo de ello es Temuco, donde por segundo año se aplica una normativa similar a esta, con un importante nivel de organización, información y fiscalización.