Una creciente preocupación ha causado entre los vecinos de Osorno la eventual prohibición total del uso de leña en determinados sectores de la ciudad, durante los días en que la ciudad registre episodios críticos de contaminación del aire.
Esta medida tiene como fundamento un dato corroborado por todas las investigaciones previas: la altísima incidencia del uso domiciliario de leña húmeda en los indicadores de material particulado fino (MP 2.5), considerado el más peligroso para la salud humana debido a la posibilidad que éste tiene de penetrar el organismo.
Al respecto, la seremi de Salud, Eugenia Schnake, dijo a este Diario que 'hay que cambiar el sistema de calefacción que hoy día se usa en Osorno. La leña es responsable en un 80% de que Osorno sea una ciudad saturada'.
Y si bien hay coincidencia en este diagnóstico, lo que hoy genera la inquietud vecinal es que se aplique una prohibición que puede resultar dañina para un porcentaje importante de la población que no tiene la posibilidad de usar una fuente alternativa de calefacción en su hogar, como sí puede ocurrir en los domicilios de mayores ingresos. Impedir el uso de leña podría llevar incluso a que más personas se enfermen por la exposición al frío y la humedad.
Además, la crítica apunta a que -desde el punto de vista estatal- se ha avanzando poco en ciudades como Temuco y Osorno en el desarrollo de planes que apunten al mejoramiento del producto, tanto en su calidad (para apuntar a un menor porcentaje de humedad), así como la formalidad del negocio. Todo esto, en el entendido que una leña en buenas condiciones puede reducir considerablemente los niveles de emisión de material particulado al ambiente.
La prohibición supone dos problemas adicionales: la necesidad de desplegar un número importante de fiscalizadores para el control de los polígonos de prohibición y, en los casos de infracción, el pago de una multa para familias de escasos recursos.
Elga Loaiza, dirigente de Francke, resumió el tema con gran claridad: 'Todos somos parte del problema, pero nadie nos ha dicho qué podemos hacer para ayudar a solucionarlo'. Por ello, se requiere un trabajo permanente y mucho más intenso para informar a la comunidad y evitar medidas inconvenientes para la población.