Andrés Tapia: "Gracias al ajedrez he hecho más amigos"
La mayoría ya lo ubica, lo saludan e incluso saben que si se enfrentan a él, va a ser un partido duro.
Los que no, lo miran con asombro y se sorprenden al verlo allí, jugando concentrado, realizando movimientos en el tablero que muestran su precoz calidad.
Se trata de Andrés Tapia (12 años), estudiante del Mission College y que practica el ajedrez desde hace varios años. Destacaría sólo por sus resultados, que lo dejaron en el sexto lugar nacional en el Sub 12 de hace dos años y en el 12° de Chile en el Sub 14 del 2013, si no fuera por su condición física: el pequeño juega en silla de ruedas y muestra problemas motores, producto de la artrogriposis múltiple congénita severa, un síndrome clínico que aqueja a uno de cada 3 mil nacidos, aproximadamente.
De hecho le afecta prácticamente todo el cuerpo y además tiene escoliosis, displasia y pie Bot.
Hace unos días participó en el campeonato abierto por el aniversario de Osorno en la Casa del Deportista y posiblemente sea su último certamen en varios meses. Esto, ya que esta semana su madre, Leonor Loncón, viajará a Santiago para coordinar los detalles de la próxima operación de Andrés, esta vez a la columna.
"¿Cuántas operaciones has tenido, mi amor?", le pregunta cariñosamente al pequeño. "Son 13, mamá", comentó Andrés. La complicidad entre ambos es inmediata. La idea de esta nueva operación es mejorar su postura. "Cada paso es importante. Puede que no sean avances que se puedan ver para otros, pero para él, cada avance es relevante", cuenta Loncón.
De hecho, en una de sus últimas intervenciones estuvo enyesado prácticamente en todo el cuerpo y realizó su recuperación en la Teletón, por lo que podría dejar de participar en torneos por algún tiempo.
Tiene un hermano gemelo, Leonardo, que nació dos minutos después, aunque sin ninguna enfermedad.
Y se ha transformado en su "partner" ajedrecístico, ya que además de acompañarse mutuamente en los distintos campeonatos, entrenan juntos en su casa y aprovechan de competir.
"Siempre estamos trabajando juntos, en la casa entrenamos harto. Me siento acompañado por él, siempre", comenta el pequeño Andrés.
Juega desde los ocho años y dice que comenzó en un taller de ajedrez con Sergio Gallardo. Desde el primer momento intentó llamar la atención por sus movimientos en el tablero y sus triunfos y no por su condición física.
"Esto me divierte mucho y siento que he hecho más amigos. No me gusta mucho leer ni ver televisión en mis ratos libres, pero nunca me aburro de jugar ajedrez", comenta el estudiante.
Su madre da cuenta de ello. "Le ha ayudado mucho en la parte de socialización, comparte con toda la gente y en el fondo es uno más. El ajedrez lo hace feliz", culminó.