Verónica Salgado
Con globos y carteles decolores, un pequeño grupo de pacientes afectados por el desconocido síndrome de fibromialgia apoyaron en Osorno la movilización nacional denominada "Marcha de los enfermos". La manifestación tiene como objetivo conseguir la creación de un fondo solidario universal que costee tratamientos para enfermedades crónicas y poco frecuentes.
Angélica Cartes es profesora y hace seis años fue diagnosticada con el síndrome de fibromialgia; desde entonces, su vida cambio. El dolor que caracteriza a esta enfermedad la obligó a salir de las aulas y gastar mensualmente más de $300 mil en tratamientos médicos.
"Hay un antes y un después. Hay días en que los dolores son horribles y muchas veces nadie cree que estamos enfermos. El Estado desconoce el diagnóstico y en el sistema de salud pública sólo nos dan un antidepresivo y dos paracetamol", explicó la mujer, en alusión a las carencias que posee el sistema de salud nacional.
Por lo mismo fue una de las manifestantes que llegó al mediodía de ayer a la plaza de Armas para unirse al movimiento que a nivel nacional congregó a miles de personas. En Osorno sólo fueron siete pacientes los que con pancartas y globos buscaban el apoyo de la comunidad que a esa hora circulaba por el lugar.
"Esta es una ciudad apática y nosotros queremos cambiar eso, invitamos a la gente a desarrollar la empatía y el apoyo al enfermo. Nadie sabe cuándo una enfermedad grave tocará tu vida", explicó Cartes.
La fibromialgia se caracteriza por la presencia de dolor en 18 puntos específicos del cuerpo, entre ellos la base del cuello, el codo y la parte medial de las rodillas. A esto se suma una fatiga permanente y, ocasionalmente, síntomas neurológicos o cognitivos.
Por lo mismo Laura González, quien hace seis años también debe convivir con el síndrome, decidió unirse al grupo y por un par de horas apoyar la causa creada por el periodista Ricarte Soto, quien murió de cáncer en medio de su lucha por un fondo nacional de medicamentos. Por lo mismo dicha iniciativa lleva el nombre del comunicador y se espera convertirla en ley.
Para Laura, sufrir la enfermedad no sólo le ha traído un enorme gasto económico, sino que además debe luchar contra la depresión.
"Soy secretaria y muchas veces el dolor provoca cambios en mis estados de ánimo. Nadie entiende que es una enfermedad", explicó González.