Con un sobrevuelo en helicóptero y visitas inspectivas a las localidades más afectadas, la Presidenta Michelle Bachelet continuó ayer monitoreando la emergencia generada en la zona norte del país a raíz del terremoto de 8,2 grados Richter del martes y la réplica de 7,6 grados registrada el miércoles. La Mandataria se encontraba en Arica cuando ocurrió la réplica del miércoles, por lo que tuvo que ser evacuada del hotel en el que se encontraba.

Ayer, en una entrevista concedida desde esa ciudad a las emisoras de la Archi, la Mandataria delineó los problemas más prioritarios que afectan a la población de las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá y que su Gobierno espera resolver.

La Jefa de Estado subrayó que la etapa en la que hoy se encuentra la emergencia es la de protección de la vida y la provisión de servicios para las personas, y que "después viene la etapa de reconstrucción". "Cuando uno enfrenta un desastre hay varias etapas. La primera etapa es la emergencia, la protección de vidas y esa es una etapa en la que todavía estamos, porque si bien es cierto que nadie quisiera que haya más réplicas, no podemos asegurar que no haya réplicas fuertes con consecuencias", aseguró.

"Todavía estamos en la etapa de asegurar la provisión de servicios, que la gente tenga agua, que tenga para comer, que tenga frazadas para abrigarse en la noche para la gente que se va a albergues o se va al cerro y en eso está trabajando el COE (Comité Operativo de Emergencias)", dijo.

Bachelet indicó que ya están los expertos catastrando a las familias y sus casas "para elaborar un plan de reconstrucción de vivienda o productivo de acuerdo a lo que encuentren".

La Presidenta planteó la idea de unir el plan de reconstrucción de Arica y Parinacota con el de desarrollo regional que el Gobierno tenía planeado: "El ideal en este caso es unirlo con lo que yo venía a hacer aquí mañana, que era lanzar lo que va a ser el trabajo de un grupo de ariqueños para el plan especial para la región".

Eleazar Salinas Granados

Una enorme preocupación existía ayer entre los habitantes de Iquique y Arica, por las continuas y fuertes réplicas que han afectado a la zona norte del país. La situación generaba un fuerte estrés entre las personas, por el temor a nuevos sismos.

En ambas ciudades, miles de habitantes han debido pernoctar a la intemperie tras las evacuaciones o se han allegado en casas de cercanos, pues viven junto al mar.

Carolina Parra, técnico en párvulos y que tiene su casa en Iquique entre las calles Libertad con Arturo Fernández (a cuatro cuadras del mar), expresó que "esta situación es terrible. Dormimos en la calle, por si se cae algo en la casa, acá es más seguro. Con las alarmas de tsunami hemos tenido que arrancar varias veces y no hemos podido descansar".

A eso se suma la falta de suministros como la luz y el agua, que con cada movimiento telúrico presentan problemas. Las empresas distribuidoras de electricidad de Arica e Iquique, Emelari y Eliqsa, respectivamente, informaron que a causa de las réplicas hubo interrupciones de los servicios eléctricos, pero que a pesar de eso, el 72% de clientes ya estaba con el suministro eléctrico.

Eric Araya, vendedor de Zona Franca expresó que si bien él ha sufrido tantas complicaciones, sus padres sí están afectados. "Hemos estado durmiendo en la casa de los suegros de mi hermano, que está en zona de seguridad. Todos con sobresaltos y con el miedo de que algo pase a nuestra casa, que está en la zona de inundación y queda sola por muchas horas y no sabemos cómo está con cada temblor", indicó Araya.

En Arica la situación es similar. Marioli Bueno, quien vive en zonas de seguridad, no puede conciliar el sueño de noche. "Hay movimiento a cada rato. No sabemos si va a venir algo grande o no, así que dormir profundamente no es una opción. Mis papás viven en zona segura también, pero son viejitos y están medio enfermos, por cualquier cosa hay que ir en su ayuda".

Para el sicólogo de la Universidad Autónoma Víctor Cabrera, lo que sucede en el norte es una situación que genera mucho estrés entre los que viven la situación.

"Las personas no están sistemáticamente en estado de alerta, pero en estas situaciones, ante la probabilidad de un sismo de mayor intensidad, se produce este efecto", indicó el especialista.

Cabrera recalcó que las situaciones que producen un mayor temor en la población se relacionan también con las medidas que se adoptan tras los sismos más fuertes, que obligaron a realizar dos evacuaciones ante el riesgo de tsunami, en una especie de efecto como en el cuento "Pedrito y el lobo".

Casi de manera inmediata los habitantes de Arica e Iquique comenzaron a subir a los cerros tras el primer sismo de 6,6 grados Richter que se registró a las 23.00 del miércoles, y que tuvo un epicentro en el mar, a 58 kilómetros de Alto Hospicio. Muchas de las personas ya estaban preparadas para la eventualidad, y tenían a mano carpas y mochilas. A las 23.43, tras el terremoto de 7,6 grados, el flujo de personas hacia las zonas altas aumentó, mientras de decretaba la alerta de tsunami. Al igual que martes, muchos de los que evacuaban lo hacían en automóviles, a pesar de las instrucciones en sentido contrario.

La Presidenta Michelle Bachelet comenzó su segundo Gobierno con un 54% de aprobación, un punto más que en el mismo periodo de su primera gestión y dos puntos más que lo registrado por el ex Presidente Piñera cuando llegó a La Moneda.

Según la encuesta Adimark de marzo, la desaprobación de la Mandataria llega a un 20% y la aprobación del Gobierno resultó ser 1 punto más alta que la aprobación de la Presidenta, alcanzando un 55%.

Los atributos personales de la Presidenta fueron bien evaluados, todos con sobre el 60% de evaluación positiva. El mejor evaluado resultó ser "Es respetada por los chilenos", con un 85% de evaluación positiva. Su atributo relativamente más débil fue "Cuenta con capacidad para enfrentar situaciones de crisis", donde obtiene un 62% de evaluación positiva.

La nueva Cámara de Diputados y el Senado mejoran en alrededor de 20 puntos la evaluación de su desempeño.

Relaciones internacionales, Empleo y Economía son las áreas de gestión mejor evaluadas del Gobierno, con un 69%, 54% y 52% de aprobación, respectivamente. Entre las peor evaluadas están la corrupción en organismos del Estado, el transporte público y la delincuencia, que tienen entre un 36% y un 24% de aprobación.

El gabinete de ministros resulta aún escasamente conocido por la ciudadanía. Sólo siete de los 23 ministros tienen un nivel de conocimiento del 40% o más (el mínimo para ser evaluado). Todos los ministros con dicho nivel de conocimiento fueron en general bien evaluados. El ministro con la mejor aprobación es el canciller Heraldo Muñoz, con un 79%, siguiéndole de cerca la ministra de la Segpres, Ximena Rincón, con 74%. El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, tiene un 64% de evaluación positiva.

Al comenzar el segundo mandato de la Presidenta Bachelet, un 54% de los encuestados señaló identificarse con el Gobierno, mientras que la identificación con la oposición alcanza a un 22%.

La evaluación de ambas coaliciones políticas y del Congreso se vieron positivamente afectadas al inicio del nuevo Gobierno y la renovación de los parlamentarios. La aprobación de la Nueva Mayoría creció 19 puntos y la de la Alianza, 12 puntos.

El sondeo también consultó sobre las expectativas que la población tiene del Gobierno respecto de las reformas que se pretenden impulsar. En ninguna de las preguntas se alcanzó un 50% de respuestas positivas. En la pregunta sobre la reforma tributaria, un 44% dijo que la administración de Bachelet será capaz de implementar el proyecto que aumenta los impuestos a las empresas, un 38% dijo tener dudas, un 16% dijo que este Gobierno no lo hará y un 2% no respondió.

Respecto de la reforma educacional, un 41% dijo que sí la impulsará, un 32% dijo que tiene dudas y un 26% dijo que no será capaz. En la pregunta sobre la nueva Constitución, un 39% opinó que el Gobierno sí la realizará, un 39% dijo tener dudas y un 21% señaló que no.

En la encuesta Adimark de enero de 2010, la última de su primer gobierno, la Presidenta Bachelet obtuvo un 86% de aprobación -la mejor de su gestión- y un 10% de desaprobación. El Presidente Piñera, en cambio, dejó La Moneda con un 50% de aprobación y un 36% de desaprobación en el sondeo de febrero de este año, una cifra similar a la registrada al asumir el mando, en marzo de 2010, cuando tuvo un 52% de aprobación, aunque su desaprobación cayó a 18%.