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Devotos le piden los más íntimos favores a Animita de la Pampa

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Texto y fotos de Guillermo Sáez Eickhoff

Cuenta la leyenda, y así lo rescata el folclorista Oresthe Plath en su obra L'Animita, que hace muchísimos años llegó un caminante procedente de Chiloé en busca de trabajo a la zona de Crucero, cerca de Purranque. Como solía dormir en la pampa, al llegar el período invernal una mañana lo encontraron muerto por efecto de la hipotermia. Nadie supo nada del extinto, ni el vecino Pérez ni el vecino Pinto.

La gente del sector le levantó una casita en recuerdo de su alma y allí mismo fue sepultado. Pronto personas piadosas le empezaron a encender velas y desde ese momento el finadito comenzó a obrar milagros. Nació así el relato del "Ánima de la Pampa". Mucha gente vino a pedir favores y causaban daño en los sembrados de aquel potrero. El dueño mandó a sacar la animita, a lo que sus trabajadores se negaron. Según el mito, el patrón desmontó de su caballo y desarmó la casita con sus propias manos. Al volver la mirada hacia el lugar de la animita quedó chueco. Este hecho fue muy comentado en el sector, lo que hace que acuda gente que tiene fe, a solicitar ayuda.