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Osorninos describen cómo fue la difícil jornada tras el sismo en el norte

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Ana María Aceitón L.

"Tuvimos que tomarnos la cocina del hotel, porque nadie vino a vernos hasta hoy (miércoles) al mediodía", señaló la osornina Gloria Kemp (61 años), quien viajó el 30 de marzo a la ciudad de Iquique -capital de la Región de Tarapacá- a través del programa "Vacaciones Tercera Edad" del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), por lo que vivió el sismo junto a un grupo de 35 adultos mayores.

Pese a que desde hace varios días ya se estaban registrando sismos de mediana intensidad en la zona norte del país, ella decidió de todas formas concretar el viaje que tenía planificado hace varios meses.

Al enterarse del sismo, su hija Ximena Bravo indicó que confiaba en que su madre estaría tranquila, pero al pasar las horas eso fue cambiando.

"Estoy preocupada, porque sé que la luz y el agua van a escasear. Llamé a Sernatur y aseguran que todo estaría bien, pero la última vez que hablé con mi mamá, hoy (miércoles) al mediodía, me dijo que ya no tenían luz y que aunque había ido alguien del Sernatur no les han dado ninguna posibilidad de viajar lo antes posible", indicó Ximena.

Desde la capital, la encargada del Programa "Vacaciones Tercera Edad", Francisca Retamal, explicó que se está gestionando con las empresas concesionarias de los viajes, para el retorno apresurado de los adultos. Hasta ayer los adultos mayores se encontraban bien en el hotel, sin embargo algunos han sufrido crisis de pánico, lo que tiene muy preocupados a sus compañeros de viaje y sobre todo a sus familiares en el sur.

Otra situación complicada es la que han vivido los osorninos que residen en la zona, ya que luego de ocurrido el sismo debieron trasladarse a zonas seguras de las ciudades donde residen. Uno de ellos es Claudio Valenzuela, quien vive en Arica desde hace algunos meses y quien al momento del movimiento se encontraba con su madre en su departamento, a orillas del mar.

"A raíz de los sismos que se han registrado ya estábamos de acuerdo para actuar, así que aunque mi papá no estaba con nosotros, con mi mamá evacuamos enseguida. Teníamos un bolso listo, así que caminamos a la zona de seguridad. Afortunadamente, las personas aprendieron de la vez anterior y se notó, porque se mantuvieron en calma a pesar de todo", detalló Valenzuela, quien es voluntario de Bomberos.

José Manuel Espinoza, en tanto, estaba de paseo con su esposa en Tacna cuando se registró el terremoto. "Allá era todo un caos, la gente no sabía qué hacer ni dónde ir. Nosotros nos volvimos rápidamente para Arica, porque como estamos esperando a nuestro primer hijo necesitábamos estar en Chile por cualquier cosa".

Espinoza explica que el tránsito desde Perú fue bastante expedito, ya que el paso por la frontera estaba completamente abierto, aunque no pudieron llegar a su casa inmediatamente, pues decidieron pasar la noche en otro inmueble, pues se ubicaba en una zona segura.

Espinoza se desempeña como ingeniero en el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y aseguró que "no tengo información respecto a daños en rutas; sin embargo, hay muchos derrumbes en diferentes puntos de la zona, por lo cual las líneas de buses han detenido sus viajes y los aeropuertos suspendieron temporalmente los vuelos".

Ambos osorninos residentes en Arica concuerdan al señalar que el proceso de evacuación se realizó en orden y que las personas se mantuvieron calmadas. Valenzuela sostuvo que "en la compañía de Bomberos no hubo emergencias mayores. Realmente las personas estaban preparadas psicológicamente".

Un dato importante que se diferenció respecto a la emergencia ocurrida en 2010, fueron las vías de comunicación, ya que en esta ocasión funcionaron durante casi todo el tiempo, lo que obviamente entregó más tranquilidad a los familiares y afectados del sismo.

"Todo el tiempo pude enviar mensajes de textos y Whatsapp, así que pude saber rápido lo que estaba pasando con mi mamá. Lo que ahora falla es la luz", explicó Ximena Bravo, quien mantuvo comunicación fluida con su madre en Iquique, hasta que se le descargó la batería del equipo.

A Claudio Valenzuela le llamó mucho la atención el hecho que las personas además de no caer en la desesperación usaran correctamente sus celulares. "Las personas aprendieron de la vez anterior y en vez de tratar de llamar, comenzaron a enviar mensajes de texto como muchas veces lo recomendaban las compañías telefónicas y así se mantuvieron comunicados. Se nota que hemos aprendido algo".

35

adultos mayores de la zona, viajaron el 30 de marzo a Iquique, para pasar una semana en la ciudad.

"Las personas aprendieron de la vez anterior y se notó, porque se mantuvieron en calma a pesar de todo"

Claudio Valenzuela

Bombero en Arica