A su etapa crucial entrarán las investigaciones y estudios en torno a la identificación de las osamentas encontradas en Pilauco Bajo, que presumiblemente pertenecen a un mastodonte, con el arribo a Osorno de un arqueólogo y un paleontólogo, que analizarán los huesos y la gigantesca mandíbula encontradas en villa Los Notros.
El llamado "Programa de Residuos Sólidos", que para Osorno incluye la habilitación de un relleno sanitario avanza, aunque con algunos cambios. En principio, el nuevo relleno se construiría en un terreno aledaño al actual vertedero de Curaco. Inconvenientes de índole económico han hecho que el proyecto se deba trasladar algunos metros.
El vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industrias, Emilio Aleuanlli, se mostró preocupado por las nuevas técnicas que están empleando los antisociales para cometer robos, y expresó la inquietud por la serie de delitos que han afectado al sector establecido. Dijo que hay bandas especializadas operando contra el comercio.
"No está de más repetir que la declaración y jura de Independencia se realizó el 12 de febrero de 1818".
El año 2010 el Presidente saliente encabezó una serie de actos para conmemorar el "Bicentenario", realizados en relación al 18 de Septiembre. Se promovió un conjunto de obras, llamadas "Bicentenario", emulando aquellas efectuadas para el "Centenario" en 1910. Entonces, y ahora se habló de aniversario de la Independencia de Chile, concepto que fue instaurado varias décadas después, asociado a la fecha en que asumían los presidentes de la república hasta 1891.
No está de más repetir que la declaración y jura de la Independencia se efectuó el 12 de febrero de 1818 en la plaza de Armas de Santiago. Presidieron la ceremonia el director supremo, delegado Luis de la Cruz y Goyonete y el general José San Martín. Como acto soberano fue reconocido por Estados Unidos, Colombia y la Junta de Buenos Aires.
La celebración fue decretada por O'Higgins y se dejó de hacer hacia 1836, cuando se suprimió el feriado.
Hoy nadie se acuerda de esta importante fecha, que también ocurre con otros acontecimientos y personajes de la historia del país.
Entre el falso Bicentenario y el verdadero, que será el 2018, se da una peculiar relación entre los mandatarios y lo ocurrido en esta zona, que se mantuvo leal a España hasta 1820.
Sebastián Piñera, sexto nieto de Ventura Carvallo y Goyonete, presidente de la Junta Realista de Valdivia en 1812, entregará el mando a su prima Michelle Bachelet, sexta nieta de Dionisio Martínez y Goyonete, miembro de la junta y primo de Carvallo, quien emigró a España después de la independencia.
Los años que faltan para el Bicentenario son una buena instancia para conocer lo que realmente ocurrió acá. Al respecto, Pedro Martínez Pinuer, quinto abuelo de la señora Bachelet, escribió un "Informe sobre los sucesos de Valdivia durante la Independencia". También sobre la participación de familia cuyos descendientes viven en Osorno, Valdivia, Río Bueno y La Unión, como los Carvallo, Negrón, Asenjo, Barrientos, Molina, Valdeavellano, Pinuer en el bando realista o Guarda, Henríquez, Plaza de Los Reyes o Santibáñez en el patriota y la posterior ocupación de Chiloé.
Historiador
El tema de moda hoy a nivel nacional es el relacionado con los supuestos contratos por asesorías, denominados en este caso como de "amarres", en el sentido de que asegurarían a los contratados a lo menos por un año una vez asumida la futura Presidenta de la República, Michelle Bachelet.
Se trata, en general, de políticos que compitieron en las pasadas elecciones y perdieron en sus afanes.
Esta realidad no es nueva; en épocas pasadas hubo irregularidades de variada índole si del aparato público se trata, y no necesariamente a consecuencias de una elección perdida, lo que desmerece la calidad, seriedad y trasparencia que debe existir en el servicio público.
Pese al revuelo que ha provocado todo ello, con graves acusaciones por parte de dirigentes de la hasta ahora oposición, que denuncian no contar con personal de su confianza en puestos claves, el asunto de fondo va mucho más allá y habla de la necesidad de sanear todo lo relacionado con el aparato público en cuanto escalas funcionarias, nombramientos, asesorías, contratos, concursos públicos y demás, que impidan cualquier supuesta irregularidad del gobierno que se trate, ya sea el que deja el Gobierno como el que lo asume y que lleva, en ocasiones, a engrosar artificialmente la administración pública pero sin un beneficio real en cuanto eficiencia y servicio a la comunidad.
El Estado debe establecer una nueva institucionalidad pública, válida para todos en toda circunstancia, procurando protocolos claros, trasparentes y desafiando toda duda.
En ese sentido, es imprescindible robustecer la carrera funcionaria, defendiendo los legítimos intereses de quienes han cumplido tareas por años y se han perfeccionado para desarrollar sus labores a alto nivel.
Terminar con el sistema a contrata es uno de los desafíos necesarios, toda vez que entrega seriedad al sistema y dignidad a quienes prestan sus servicios en condiciones que no son las mejores. Los servicios públicos no pueden transformarse en una caja pagadora de fidelidades políticas, sea el gobierno que fuere.