Camilo Garrido Maldonado
Fue cerca de las 18 horas del domingo 9 de febrero cuando el trabajador Marcel Águila terminó de visitar a sus familiares en el sector rural de Tacamó, a 8 kilómetros de Osorno, y se fue caminando por el camino de ripio hasta la ruta a Puerto Octay. Su tranquila caminata campestre, no obstante, fue interrumpida cuando se percató que un animal lo seguía a lo lejos.
El hombre pensó que era un perro y lo fotografió con su cámara profesional. Revisó las imágenes y lo que descubrió le produjo un gran impacto: era un puma que caminaba tras él a menos de 100 metros.
El temor de ser atacado creció a medida que el felino avanzaba, pero el ruido de un vehículo que transitaba desde el lado contrario espantó al animal nativo, el cual se metió a uno de los predios del lugar.
"Detuve al auto que venía hacia mí y me subí antes de que el animal vuelva. En el trayecto le mostré las fotos al conductor y quedó tan sorprendido como yo", contó el hombre, quien trabaja como guardia en una empresa de Osorno.
El osornino denunció su singular hallazgo a Carabineros de la comuna y a los medios locales. "Estuve lejos de él, pero puede aparecer en otros lugares", advirtió.
En todos los años que lleva recorriendo el sector, Águila asegura que nunca había visto a este animal en los alrededores. "Me atrevería a decir que estaba en cautiverio y a alguien se le escapó", comentó el guardia y fotógrafo aficionado.
Claro que ver animales salvajes en la zona es más frecuente de lo que parece. Al menos así lo comenta el jefe de la oficina del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Río Negro, que también abarca las comunas de Puerto Octay y Purranque, Andrés Duval, donde han recibido diversas denuncias relacionadas con la presencia de animales silvestres.
"No sólo pumas se pueden ver en la provincia. Hemos conocido casos de zorros y hasta yo mismo vi un puma en un campo", contó el funcionario.
Eso sí, el caso del felino que fue fotografiado por el trabajador en Tacamó debe ser analizado y luego inspeccionado por funcionarios de la entidad estatal.
"Hay que tener claro que ellos no están invadiendo nuestro territorio, el puma está en su propio hábitat y nosotros nos encontramos en medio de su camino", dijo Duval.
Marcel Águila señaló que en el momento en que se encontró con el animal, éste mostraba signos de acecho, además de presentar un aspecto algo famélico.
"No dejaba de pensar que ese puma hambriento me quería comer", confesó con un tono de temor.
Pero el jefe del SAG en Río Negro aclaró que estos animales no suelen hacer daño a las personas, a menos que estén a una cercanía considerable o que ellos se sientan atacados.
De hecho, la mayoría de las denuncias que reciben y que aluden a los animales salvajes corresponde a daños efectuados en ganado menor, el cual también puede ser producido por perros asilvestrados.
"En cuanto a los últimos, surgió recientemente una normativa que permite su caza", recordó Duval, pero en cuanto a los pumas, éstos están protegidos, por lo tanto no se les puede cazar y tampoco mantener en cautiverio.
"Hay que tener claro que ellos no están invadiendo nuestro territorio, el puma está en su propio hábitat y nosotros nos encontramos en medio de su camino".
Andrés Duval
Jefe de oficina del SAG de Río Negro