Secciones

Expertos dicen que altos costos generan matanza de terneros

E-mail Compartir

Victoria Guerrero Cárdenas

Un informe de la Corporación de la Carne de 2009 da cuenta de la disminución de la masa ganadera nacional, donde se estimó que sólo en 2007 murieron alrededor de 36 mil terneros en el país, por lo cual Chile dejó de percibir 9.900 millones de pesos por menor disponibilidad de animales. El informe también proyectó la muerte de 100 mil cabezas más en 2008 respecto al año anterior.

Y si bien actualmente no hay una cifra clara que revele la cantidad de animales de raza lechera que dejan de ingresar a la cadena productiva porque son sacrificados, el gerente general de la Feria de Osorno y presidente de Frigorífico Osorno, Harry Jürgensen Caesar, estimó que sólo en Los Lagos mueren más de 20 mil terneros en la temporada de primavera. "Cifra similar a la de la Los Ríos", dijo.

Los expertos en producción láctea señalan que las razones por las cuales cada año los productores sacrifican miles de terneros machos se debe básicamente a la especialización de la producción lechera y los altos costos que implica criar terneros genéticamente modificados.

La matanza de terneros machos de raza lechera comenzó hace más de 30 años con la llegada a la zona de empresas dedicadas a la producción de razas modificadas y especializadas en carne o leche. Con ello, comenzó a primar un modelo de optimización y máxima eficiencia productiva que no da cabida a animales con menor rendimiento.

Así lo afirma Fanol Barrientos, médico veterinario y académico especialista en producción lechera, quien precisa que el inicio de la matanza de terneros tiene directa relación con el uso de razas especializadas.

"En nuestra zona habían bovinos de razas doble propósito que producían entre 3 mil y 3.500 litros de leche al año y además ofrecían un buen rendimiento de carne. Luego se introdujeron vacas de alta producción lechera (de raza Holstein) que tienen la capacidad de dar entre 10 mil y 11 mil litros al año, pero con menor ganancia de peso", dijo.

Y detalla que el ternero macho que nace de una vaca de raza lechera no tiene las mismas condiciones que el ternero macho doble propósito. "Genéticamente tiene piernas más delgadas, la cantidad de carne que aporta es muy poca, solamente son cuero y huesos", dice el veterinario asesor de predios lecheros en la zona.

Dada esta contextura física, "el costo de alimentación y gastos de sanidad para criar a este animal (Holstein) es lo que encarece los costos, porque son muy propensos a enfermedades tanto virales como bacterianas", comenta Fanol Barrientos, quien señala que se debe llevar un calendario riguroso de vacunas y monitoreo constante.

De hecho, según Barrientos, en una vaca de raza Holstein se gasta tres veces más que en una de raza doble propósito, "y en los terneros se ocupa el mismo sistema, donde se les proporcionan probióticos, inmunoglobulinas artificiales y vacunas de manera precoz".

Es por ello que llevar a ese ternero macho de raza lechera a los 200 kilos de peso demanda una alta inversión. "Sólo en criar 200 terneros un productor pierde un vehículo de $20 millones", ejemplificó Fanol Barrientos.

El ex presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche) y actual dirigente de Agrollanquihue, Eduardo Schwerter, señala que en los predios especializados en producción lechera tratan de maximizar el uso de la pradera, priorizando el uso para las vacas, vaquillas y terneras de reemplazo.

"Y en ese sentido los terneros machos no siempre tienen espacio, por ello muchos no los crían y los venden nacidos o los crían hasta los 6 u 8 meses y de ahí los venden", comentó Schwerter.

El riesgo de criarlos hasta los 6 u 8 meses es bastante alto y desfavorable, afirma, ya que el valor que pueden tener una vez que se venden en ferias es muy bajo en relación al costo que tuvo alimentarlos. "Por eso hay tanto interés en los predio lecheros de vender los terneros recién nacidos", dijo.

Además de esta dificultad, el médico veterinario Fanol Barrientos añade otro factor que se genera por la programación de los partos, los cuales se dan de manera casi simultánea, motivo por el cual los trabajadores no son capaces de abastecer de calostro a todos los terneros. "Por ello en muchos campos se priorizan las terneras", explica.

Y añade que esto es la consecuencia del uso de la biotecnología, que hace que se formen cuellos de botella por el manejo programado de partos masivos, cuya finalidad es producir leche en una época donde se aprovecha la curvatura de los pastos.

"Prácticamente se producen tormentas de partos y con el personal que se tiene hoy en los campos es imposible calostrar a todos los terneros que nacen. Entonces, por eso la preocupación sólo se focaliza en las hembras, porque son las que en el futuro van a reemplazar a las vacas actuales", precisó el profesional.

Hasta hace un tiempo, esos machos se vendían en las ferias a pequeños productores con precios muy bajos (incluso a $1.000 por animal) o bien se les regalaba, pero al final, dice Barrientos, se vio que no tenían buenos resultados, porque se morían o se criaban en condiciones muy malas y el costo de terminarlos de criar era demasiado elevado.

"Al final no hay una rentabilidad por ese animal, por ende la mayoría de los agricultores los elimina aplicándoles eutanasia", señala Barrientos.

Eduardo Schwerter, por su parte, señaló que la matanza de terneros en predios de la zona y particularmente en la provincia de Llanquihue no es frecuente, ya que la mayoría trabaja con un sistema doble propósito, es decir producen leche y además crían los terneros machos, los cuales al cabo de dos años y cuando alcanzan 500 kilos de peso, son comercializados en ferias como novillos gordos.

Aunque los líderes gremialistas sostienen que en la zona no se sacrifican los terneros recién nacidos, hay profesionales y asesores de predios que señalan que sí se realiza, muchas veces sin aplicar las normas de bienestar animal, ya que actualmente no hay ninguna ley que regule la eutanasia en terneros. Sólo existe una autorización del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para una "solución eutanásica", entendida como la interrupción de la vida con el menor sufrimiento posible.

"Solamente los médicos veterinarios tenemos autorización para hacer uso de la solución eutanásica sin provocarle dolor al animal", especificó Barrientos.

Se trata de una inyección que provoca la muerte muy rápida del animal, y que genera que se paralicen los músculos y los órganos respiratorios. Ello produce que el animal muera en sólo un par de segundos sin dolor.

Sin embargo, lo que se evidenció en la Hacienda Coihueco (ex hacienda Rupanco), en Puerto Octay, propiedad de la firma neozelandesa Manuka, es una situación completamente distinta, donde se muestra que el ex jefe de Producción mataba a martillazos a los terneros machos recién nacidos.

Dicha situación actualmente es investigada por la Fiscalía de Río Negro como un posible caso de maltrato animal en contra de los más de 6.500 terneros que se matan por temporada y donde estaría en tela de juicio la 'solución eutanásica' que regula el Servicio Agrícola y Ganadero.

"Claramente hay un vacío legal en normas de eutanasia animal. Es por ello que en algunos campos los terneros se matan con diversos métodos, desde golpes hasta degollamientos, sangramientos y electrocución", comentó Barrientos.

Uno de los querellantes de la investigación, el diputado Fidel Espinoza, señaló que es necesario mejorar la legislación del país y modificar la ley de maltrato animal, porque las condenas son, a su juicio, irrisorias.

"Esta situación perjudica la imagen del país si hablamos de Chile como potencia agroalimentaria y con desarrollo sustentable. Ninguno de estos conceptos son aceptables, ya que fuimos testigos de la muerte más aberrante de miles de terneros", comentó Espinoza.

Como la crianza de terneros lecheros es un mal negocio, porque el costo de la crianza supera el precio de venta, el gerente general de Feria Osorno y ex presidente de la Comisión de Innovación Agrícola del Consejo Regional de Los Lagos, Harry Jürgensen Caesar, sostuvo que para evitar esta situación, el Estado debería dar un subsidio de $40 mil por cada ternero criado a los pequeños productores. "Ellos deben demostrar que los criaron y a los 250 kilos lo venden y en ese momento se generará un subsidio de $40 mil por ternero. Si eso ocurre, el Estado o el Gobierno Regional deberían invertir $800 millones al año para salvar 20 mil terneros que mueren en cada temporada de primavera", indicó.

De esta forma, Jürgensen asegura que se salvarían 10 millones de kilos de carne de novillos gordos y se dejarían de importar 5,5 millones de kilos de carne. "Además, vamos a generar $1.900 millones en impuesto. Es decir, con una inversión de $800 millones, al cabo de un año y medio el Estado recibe $1.900 millones".

Sostiene que en la agricultura familiar campesina existe la capacidad para criar los terneros, porque el precio que reciben por la leche es más bajo que los grandes productores, por lo cual pueden criar los terneros machos a menor costo.

Con ello, remarca Jürgensen, gana el Estado y la agricultura familiar campesina, porque le da la posibilidad de un nuevo negocio rentable; y gana el país, porque recupera una riqueza que de lo contrario se vota a la basura.

"Prácticamente se producen tormentas de partos y con el personal que se tiene hoy en los campos es imposible calostrar a todos los terneros que nacen. Entonces, por eso la preocupación sólo se focaliza en las hembras".

Fanol Barrientos

Médico veterinario y académico