Ana María Aceitón
Lo que para estudiantes y profesores significa descanso y vacaciones, para los transportistas escolares enero y febrero es un periodo sin demanda, al menos de sus tradicionales usuarios infantiles y adolescentes.
Por ello, deben buscar alternativas para continuar su labor de transporte en verano, aunque las opciones son diversas, pero alejadas del tradicional ambiente educacional que los acompaña de marzo a diciembre de cada año.
Marcos Benavides trabaja hace 2 años en el transporte escolar y durante las vacaciones ha buscado alternativas para tener ganancias. Entre ellas estaba realizar viajes especiales, sin embargo no ha sido una opción muy rentable, "ya que a veces salen viajes, pero no siempre, en realidad es bien complicado encontrar algo que dure el tiempo que uno necesita", comentó.
Una de las alternativas de temporada que sí le ha dado mejores resultados es el traslado de temporeros hacía los huertos de cosecha de berries.
"Cuando se da la oportunidad, trabajo trasladando a las personas que trabajan de temporada en los huertos, pero tampoco es todo el verano porque la producción se acaba rápido", explica.
La situación es que los acuerdos que se realizan son por día y viaje realizado, por lo que si no hay pasajeros, obviamente no hay viaje y por lo tanto no hay ganancias.
"Los trabajos son temporales y no son seguros porque hay que depender de la producción del huerto, la cantidad de personas que vayan y el clima, ya que cuando llueve no van", agregó Benavides.
Jorge Jaramillo, en tanto, se dedica hace 2 años al transporte escolar. Antes era chofer de colectivo y decidió cambiarse de rubro para tener su propio negocio. Sin embargo, durante los meses de enero y febrero se ve complicado con la falta de escolares, por lo cual tiene intenciones de encontrar una solución. "Tengo la disposición para hacer viajes especiales, pero no tengo una estrategia para encontrar clientes", confiesa.
En tanto, para Luis Delgado quien trabaja con su esposa Verónica en el transporte escolar, la solución para recibir un sueldo estos meses ha sido realizar reemplazos a conductores de otros rubros, mientras ellos están de vacaciones.
"Ahora estoy haciendo el reemplazo de un chofer de la mutual. Justo empezó los primeros días de enero y termina en febrero, es ideal para mí porque así no me quedo sin trabajar", cuenta.
En el país hay alrededor de 19 mil furgones de transporte escolar inscritos en el Registro Nacional de Servicios de Transporte Remunerado de Escolares, lo cual les permite acceder a un certificado de inscripción que es otorgado por la Secretaría Regional Ministerial de Transporte respectiva, con vigencia de cuatro años. No obstante, este registro no autoriza a los transportistas para realizar viajes diferentes a los relacionados con los escolares. Para poder usar su vehículo en viajes especiales deben solicitar un permiso en la Seremi donde quede explicitado el periodo por el cual desean realizar éstos viajes exclusivos.
"A partir del 20 de diciembre se puede pedir el permiso, pero se demora más de un mes. Yo lo pedí antes de Navidad y recién me llegó la semana pasada", señaló Jorge.
Este trámite hace que los transportistas pierdan tiempo para realizar otra actividad durante el verano.
Por ello, según afirma Marcos Benavides, "lo mejor es hacer un buen fondo durante el año, dejar el auto en la casa y buscar otra actividad que hacer en el verano".
"Los trabajos son temporales y no son seguros porque hay que depender de la producción del huerto, la cantidad de personas que vayan y el clima".
Marcos Benavides
Transportista escolar