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Feligreses realizan visitas exprés a Virgen de la Candelaria por lluvias

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Ana María Aceitón L.

Si bien las lluvias intermitentes que se registraron durante toda la jornada de ayer en la zona no mermaron el ánimo de los miles de fieles católicos que asistieron hasta el Santuario de Misión Rahue (situado a 8 kilómetros de la ciudad, a un costado de la ruta U-22) para la festividad de Nuestra Señora de la Candelaria, sí generaron que muchos sólo fueran de manera exprés hasta el recinto, a cumplir una manda o participar de alguna celebración religiosa, y no se quedaran, como es tradicional, todo el día en el lugar.

En efecto, para muchos la fiesta religiosa es una instancia para disfrutar de encuentros en familia en las amplias áreas verdes del santuario, tomar una siesta bajo los árboles o bien participar durante el día en el programa religioso, lo cual muchos debieron suspender para no mojarse con la lluvia veraniega.

Víctor Mansilla llegó desde Osorno con su madre y hermana a pagar sus mandas. Acuden todos los años muy temprano para encontrar la mejor ubicación entre los árboles y así protegerse del sol durante todo el día. Sin embargo, este año decidieron venir a la misa central, comer algo y luego volver a casa, debido al mal tiempo. "Mi mamá es de edad, así que tenemos que cuidarla y como el tiempo no nos acompañó, vinimos un rato para pagar la manda y nos vamos. Otros años nos quedamos todo el día, porque es una linda tradición", agregó Víctor.

Con la llegada de grupo de cuasimodistas, que incluyó a las diferentes comunidades huilliches de la provincia, se dio por iniciada la Misa Solemne de la festividad, solo minutos después de las 11.30 horas, tal como lo preveía el programa oficial. Alrededor de 5 mil devotos de la virgen se encontraban en ese momento a las afueras de la capilla donde se ofició la ceremonia encabezada por el obispo René Rebolledo.

Entre los asistentes, familias completas encendían sus velas y ofrecían sus ofrendas florales a la imagen de la Candelaria, que lucía a un costado del escenario instalado al aire libre.

Las lluvias, eso sí, no impidieron que los fieles cumplieran con sus mandas y llegaran descalzos y caminando desde sus casas. Así lo contó Yohana Cofré (30 años), quien arribo desde Ovejería.

"Vengo porque tengo una manda que cumplir, hace 8 años que la virgen me ayudó en algo muy personal", dijo.

Miguel Cárdenas y su hijo de 17 años del mismo nombre caminaron alrededor de 2 horas descalzos, como un sacrificio para llegar a ofrecer sus velas a la Virgen. El motivo que los hace venir hace 6 años es su hija y hermana Ayleen. La pequeña nació con una hidrocefalia severa. "Mi niña nació con problemas y nosotros hicimos esta manda para que la Virgen la acompañe siempre y así ha sido. Ella asiste a la Teletón y se ha superado mucho", explicó el padre de la familia. En otras ocasiones hacen la visita con su esposa y la pequeña Ayleen, pero por las lluvias prefirieron venir solos.

Entre los feligreses existen dos tipos: quienes asisten específicamente a pagar una manda y otros que los motiva la devoción a la Virgen. En este segundo grupo está Alejandro Miranda, quien asiste hace 14 años desde La Unión con toda su familia. "Antes venía con mi papá y ahora él no está, pero yo sigo viniendo con mis hijas y ahora con mis nietos también", indicó.

Teresa, en tanto, feligresa que vive en Quilacahuín, señala que asiste todos los años con su hija Judith y ahora también la acompaña su nieto Ángel de 9 meses. "Nosotros no venimos por manda, llegamos acá para agradecer y acompañar a la Virgen. No es una obligación, pero siempre que podemos asistimos", confiesa.

Quienes tampoco se espantaron por la lluvia fueron los comerciantes que cada año se ubican a un costado de la carretera para ofrecer un sinfín de productos, donde es posible encontrar en los más de 200 puestos ubicados afuera del Santuario desde kuchenes hasta cactus y frutas.

Osvaldo Flores se traslada todos los años desde Río Negro a vender sus productos para el hogar: sábanas, manteles, ollas, budineras, coladores, linternas, entre otros artículos.

"Venimos en familia a la fiesta porque sabemos que es una buena oportunidad de negociar. Mis hijas traen sus velitas y ganan algo para ellas. Aquí uno viene a la segura porque nunca falta gente", dijo el rionegrino.

Si bien hay todo tipo de comercio, los que sacan las mayores ganancias son los que venden velas y comida, ya que todos los asistentes requieren de ambos productos.

Silvia Torres es de Osorno, llegó junto con la procesión desde la Gruta de Lourdes y aprovechó de traer queques y café para la venta. "Vine por devoción a la Candelaria, ella siempre me cuida y aproveché de traer algo para vender, es que una siempre necesita algo caliente cuando hace frío y la gente lo agradece. Además, ella (la Virgen) sabe que yo lo necesito", comentó.

La festividad de la Candelaria tuvo su momento cumbre a partir de las 11.30 horas, cuando el padre Jaime Wolf, rector del Santuario, acompañado del obispo René Rebolledo, el clero de la parroquia y los caciques de las comunidades huilliches de la provincia celebraron la misa central.

En la ceremonia, el mensaje del obispo apuntó a la importancia que tienen estas festividades para los católicos, ya que según sus palabras son momentos para reanudar la fe y compartir. "Vivamos este momento con alegría y compartamos la luz que nos entrega la madre de Jesús", expresó.

Además, dentro de su predica, Rebolledo anunció una nueva forma de compartir la fe: "este año en todo Chile vamos a hacer la Misión Territorial, donde los católicos nos hemos propuesto visitar todas las casas del país. Vamos a invitar a los misioneros a nuestra casa y vamos a compartir la palabra de Dios".

La misa finalizó con una pequeña peregrinación dentro del Santuario, que fue más bien simbólica para quienes no asistieron en la madrugada y un adelanto para la gran peregrinación de regreso a la Gruta de Lourdes, que se realizó a las 19 horas.

155 años tiene la celebración de la Virgen de la Candelaria en Misión Rahue. Antes se festejó en Misión de Coyunco (al final de Francke). La devoción a la Virgen de la Candelaria llegó a Osorno en 1794.

"Siempre vengo con fe porque cuando una se siente afligida, ella (la Virgen) me ayuda".

Natalia Caro

Osorno

"Hace 14 años que vengo por la fe y porque para nosotros es una tradición familiar".

Alejandro Miranda

La Unión

"Mi manda es venir caminando, traerle velas y quedarme a la misa. Pase lo que pase vengo siempre".

Yohana Cofré

Ovejería

"Mi niña nació con problemas y nosotros hicimos esta manda para que la virgen la acompañe siempre y así ha sido".

Miguel Cárdenas

Osorno