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Gobierno argentino acusa intentos de "desestabilización"

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El Gobierno argentino insistió ayer en denunciar ataques especulativos para crear una "acción sicológica de desestabilización permanente" tras la devaluación del peso.

La denuncia fue realizada por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien advirtió que los ataques especulativos no lograrán su objetivo en Argentina porque el país tiene un "poder político consolidado", con una "líder excluyente" (la Presidenta Cristina Fernández) y un partido gobernante con mayoría parlamentaria.

El funcionario cargó también contra empresarios, sindicatos y oposición, e insistió en la voluntad del Ejecutivo por mantener el control de precios, la principal amenaza para la economía argentina.

"Basta de empresarios inescrupulosos que utilizan a los trabajadores para extorsionar al Estado con el objetivo de conseguir un subsidio, basta. Argentina no necesita este tipo de empresarios", denunció.

Algunos dirigentes sindicales, dijo, "critican al Gobierno pero no a los empresarios que aumentan los precios de forma indiscriminada".

"A veces parece que los dirigentes sindicales están más de acuerdo con los empresarios que con los propios trabajadores", insistió el funcionario, que acusó también a la oposición de limitarse a criticar sin plantear ninguna propuesta concreta al problema.

"Debatimos dura y tenazmente para propiciar las condiciones que nos permitan acordar precios", pero "como Gobierno nos encontramos solos en esta disputa, luchando contra grupos económicos poderosos que pretenden establecer un sistema de precios absolutamente inconveniente", agregó Capitanich.

"Es necesario que el pueblo argentino defienda junto al Gobierno el bolsillo de los consumidores", reclamó el jefe de Gabinete, que restó importancia a la sangría de reservas destinadas a mantener el valor del peso frente al dólar y subrayó que, además de los ingresos que se esperan en los próximos meses por exportaciones, la recaudación fiscal de enero ascenderá a unos 98 mil millones de pesos argentinos, aproximadamente, unos US$ 12.250 millones.

Berlín pide a EE.UU. un "gesto" para reparar su relación

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Agencias

El ministro alemán de Interior, Thomas De Maizière, instó ayer a Estados Unidos a realizar un "gesto" para reparar el daño que infringió a las relaciones transatlánticas con las escuchas masivas de sus servicios de espionaje.

Así lo indicó el propio De Maiziére durante su intervención ante la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), un foro denominado el "Davos de la defensa", el que se desarrollará hasta mañana. En él, decenas de líderes políticos buscarán salidas a conflictos como los de Siria, Ucrania, Irán y Oriente Medio.

"Es necesario un gesto por parte de Estados Unidos a su socio más estrecho al otro lado del Atlántico", afirmó el ministro alemán tras recalcar los "daños políticos" que han causado las revelaciones del extécnico ex agente de los servicios secretos estadounidenses (CNA), Edward Snowden.

Su afirmación, una de las más directas que ha realizado un miembro del Ejecutivo alemán hasta la fecha sobre este asunto, fue recibida con un aplauso por la audiencia, compuesta por líderes políticos internacionales.

"No tenemos pruebas, no hay huellas dactilares, pero todo lo que oímos va en la misma dirección", dijo De Maizière, que recordó que estuvo a cargo durante cuatro años de los servicios secretos alemanes y que en absoluto se le puede acusar de "ingenuo" sobre esta situación bilateral.

A su juicio, es necesario que Washington coopere con sus aliados y comparta con ellos información de inteligencia, tal y como sus socios hacen con Estados Unidos.

Poco antes de estas declaraciones, la canciller alemana, Angela Merkel, reconoció en una rueda de prensa conjunta con el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, las "dificultades" surgidas en la relación bilateral tras el escándalo del espionaje, pero dejó claro que la relación entre los dos países está por encima de "los baches que surgen en el camino".

Merkel y Kerry apostaron en su reunión de ayer por mirar al futuro y relanzar la alianza entre las dos países resolviendo fuera de los focos las evidentes diferencias que mantienen desde que se destapó el programa de espionaje masivo estadounidense a algunos de sus aliados internacionales.

En ese sentido, la visita a Berlín era obligada para Kerry, quien viajó a Alemania para participar en la Conferencia mencionada.

Su encuentro con Merkel, rodeado de expectación por ser la primera cita de alto nivel desde que se desvelaron las escuchas en suelo alemán de los servicios secretos de EE.UU., que llegaron a pinchar el teléfono celular de la canciller, se saldó con mensajes conciliadores por ambas partes.

"La relación transatlántica es una prioridad central para Alemania", subrayó la canciller Merkel en una declaración sin preguntas en la sede de Gobierno alemán. "Somos aliados al margen de los baches en el camino", manifestó, por su parte, Kerry.

Está previsto que varios de los líderes políticos alrededor del mundo se den cita en la Conferencia de Seguridad de Munich (MSC). Entre los invitados a este foro que se desarrolla hasta mañana en Alemania, se encuentran el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, el presidente del Consejo Europeo, Hermann Van Rompuy, el ministro de Defensa español, Pedro Morenés y el ministro de Exteriores iraní, Mohamed Yavad Zarif.