Tal como se habían comprometido las autoridades de ambos países, ahora sólo corresponde acatar el fallo e iniciar las conversaciones para poner en práctica su cumplimiento.
"Hoy, con tanta inmediatez, ni siquiera somos capaces de vislumbrar la vida de entonces".
Cuando un agricultor del sur cumple esa edad, se convierte en algo más que un rico almuerzo rodeado de seres queridos. Es un poco acercarse a la historia de Osorno, cuando los hombres del campo a punta de pala y azadón abrían caminos. Tardaban días en llegar de un lugar a otro, a caballo con suerte, en carreta muchas veces. Las cuatro por cuatro y los buldózer estaban en pañales. Ni hablar de GPS o celulares.
Don Carlos Sch., (cumpleañero de esta historia) no fue la excepción. Su abuelo le heredó hectáreas de montaña costera, sin camino, agua ni luz. Desde el Osorno de ese entonces echaban un par de días a caballo. Cuando llegó el camino, un día en auto y después del terremoto del 60 sólo se podía llegar en avión. Y este agricultor aprendió a volar para llegar puntualmente a la cita. Y llegó tantas veces hasta lograr convertir ese pedazo de tierra olvidada en la primera y más moderna lechería eléctrica de esta zona.
Hoy, con tanta inmediatez, ni siquiera somos capaces de vislumbrar la vida de entonces.
Pero aquí, en un rincón en medio de esta tierra que aún respira al ritmo de la siembra, don "Charligen" es fiel demostración de esos hombres de bien que hicieron patria sembrando de sol a sol, que con semillas de otros mares echaron raíces en esta tierra, zona regada con lluvia y sudor, que ennobleció una selva que hoy es tierra de exportación gracias a ellos.
Por eso, cuando un neófito "cae" en esta fiesta de abrazos, amor y parabienes y entre brindis y picoteo sus amigos le cantan de corazón, él con sus azules ojos brillantes sólo sonríe, rodeado por las mujeres de su vida (mi hermana Estelis, Piti y Hanne, yernos, nietos y bisnietos y el recuerdo de los queridos ausentes) este hombre de tomo y lomo agricultor por sobre todo y osornino para siempre, acostumbrado a vencer la adversidad, sigue estoico, conteniendo la emoción mirando a la deriva, con el alma llena por la misión cumplida.
Tal vez por eso los noventa de estos "Carlos", mas que una fecha más, es un acto feliz y duradero porque en medio de tanto éxito inmediato y pasajero, ellos más que simples recuerdos, son la raíz que sostiene nuestro suelo.