Un estudio realizado por voluntarios del Ocean Conservancy's International Coastal Cleanup, categorizó los desperdicios más comunes que se suelen encontrar en las costas.
"Los museos, cerrados. Restaurantes y cafés, sin diferencias a jornadas"
El sábado 4 de este mes se abrió la temporada turística. Anuncios en los medios. Salí a hacer una vuelta, un tour por la ciudad, estudiando las ofertas, como si uno fuera extranjero.
Los museos cerrados. Restaurantes y cafés, sin diferencias a jornadas. Consulté y nada especial. "Lo de siempre". Dialogué con una visita de Suiza, Julian, de 21 años de edad, quien por vez primera acude a la zona. Toca piano. Comenta que la guía turística es pésima y no declara el Parque Pleistocénico, ni describe sobre el curanto. Ni tampoco acerca del Festival Campesino. Ignoraba temas de la costa.
En cuanto a precios, le parece ni muy caro ni barato. Venía de la Patagonia, del lado argentino, y notó de inmediato la calidez de trato del chileno magallánico. "Todo el mundo es amable, cálido, sonriente, invitan todo el tiempo". No tuvo noticias de las Semanas Musicales de Frutillar. Le referí. Además una librería mantuvo atención, Licanrayén, en calle O'Higgins. Café Central y Dino's como el Wuhfer con servicio normal. Clubes Artesano y Alemán, también. La Biblioteca Municipal atendía, pero no hallé lector alguno.
Alguien pensaba que Osorno no posee sitios interesantes y le recuerdo que Las Vegas es desierto, en EE.UU. y la vida bulle. Acá tenemos Pilauco y Monte Verde, tesoros a nivel planetario. Canchas y pistas deportivas. Ahora una piscina, de cobro. Es poca la cantidad de atletas. La obesidad campea por doquier. El alcoholismo y las adicciones han aumentado en las últimas décadas. Los pubs ofrecen bebidas de ebriación, basando su oferta de muestras de música en vivo en el consumo de las espirituosas.
Vida nocturna y locales, abundan. La gente no baila, sin embargo. Extraño fenómeno, pues la juventud se instala con sus papas fritas, su cerveza y la pantalla y casi no dialoga, alienada en el consumismo. Existen motoristas y preparadores de automóviles, y Osorno semeja una colonia americana de habla inglesa o un estado del país del norte, en los años 40.
El año 1977, Sergio Otero, mi progenitor, lanza la primera revista de Turismo en la región, impresa en una máquina offset, de propiedad de una clínica. Antes, en los sesenta Creó su Programa de Difusión del Turismo, intitulado "Maravillas del Sur". Pensando en la industria sin chimenea, hizo nacer El Festival de la Canción del Sur, para Osorno, con cantantes de fama nacional, el año 1967.
Escritor