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Diecinueve empresarios aprovechan el potencial de ruta más antigua de la zona

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Victoria Guerrero Cárdenas

Trabajos a telar fabricados con lana de alpaca, artesanías en madera, cestería artesanal, cabañas, baños en tinajas, piscina, fogón, cabalgatas, pesca recreativa, caminatas, excursiones y paseos en bicicleta.

Dichos elementos son parte de los atributos que ofrecen los 230 kilómetros de naturaleza que cruza el denominado Camino Real. Ruta ejecutada en 1784 por orden del rey Carlos IV, la cual estuvo a cargo del gobernador del territorio sur, Mariano de Pusterla, quien se preocupó de sacar adelante esta importante columna vertebral de desarrollo económico de la época.

Es así como entorno a la ruta más antigua de la Región, que se extiende desde Valdivia hasta Carelmapu -frente a Ancud- un total de 19 microemprendedores de las provincias de Osorno y Llanquihue ejecutan un poderoso proyecto de comercio turístico apoyado por Corfo, que pretende poner en valor la rica historia que ofrece esta ruta que permitió el desarrollo económico del territorio.

María Eugenia Reuter es oriunda de la comuna de Fresia, estudió la carrera de Técnico en Turismo con la ilusión de poder ejercer alguna vez, pero cuando se casó y se fue a vivir al sector de Pato Llico, -un apartado lugar inserto en medio de la Cordillera de la Costa- nunca pensó que podía hacer turismo con vacas, terneros y todo lo que significa la actividad agropecuaria.

Hace 12 años, mientras su matrimonio avanzaba sin contratiempos, la actividad lechera sufría grandes problemas de liquidez. Fue así como se comenzó a gestar un interesante y atractivo proyecto turístico, el cual si bien ha tenido un lento despegue, hoy muestra un auspicioso futuro.

Es así como el Refugio Cordillera El Sarao, ubicado a 23 kilómetros al suroeste de Fresia y 61 kilómetros de la Ruta 5, ofrece un completo servicio de turismo rural en el Fundo Pato Llico ubicado en el sector del mismo nombre.

Los turistas que llegan hasta este apartado pero tranquilo lugar pueden disfrutar de servicios de cabañas, baños en tinajas, piscina, fogón, además de cabalgatas, pesca recreativa, caminatas, excursiones y paseos en bicicleta por la selva valdiviana.

Se trata de un proyecto familiar donde no sólo María Eugenia Reuter Azocar se preocupa de atender a los visitantes, sino que también sus dos hijos y su esposo, con quienes ha sacado este negocio adelante.

"Hemos diseñado dos senderos -los copihue y energías renovables- en los cuales los pasajeros transitan y están en contacto con la naturaleza aprendiendo de los diferentes árboles", comentó.

Además, a tan sólo cinco minutos de la casa tienen acceso al río Llico y a 40 minutos está el Océano Pacífico. Los visitantes también tienen la posibilidad de hacerse parte de la actividad agropecuaria. En la mañana pueden presenciar la ordeña de las vacas, rodear los animales a caballo, encerrar las ovejas y cosechar desde el huerto las verduras que luego van a consumir.

"En el fondo, ellos están insertos en la actividad agropecuaria que realizamos a diario", comenta esta microempresaria turística.

Si bien hoy tiene una especie de complejo turístico con un claro sello campestre, María Eugenia ha recorrido un largo camino de sacrificio. La primera cabaña la construyó hace ocho años y se demoró cerca de tres en terminarla, luego siguió perseverando en su proyecto y, más tarde, levantó un sauna y piscinas de relajación.

El nuevo objetivo es construir con fondos de Corfo un lugar donde puedan albergar dos tinas de relajación, camarines y baños, para que los turistas que recorran el Camino Real -el cual pasa por la comuna de Fresia- puedan tener la opción de relajarse en este lugar durante la temporada de invierno.

Es así como estas historias de esfuerzo y perseverancia se unieron con la rica historia en torno al llamado Camino Real y la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) de la Región de Los Lagos decidió iniciar en diciembre de 2013 el Programa de Emprendimientos Locales (PEL), el cual no sólo entrega apoyo económico, sino que también les otorga capacitación técnica para que puedan trabajar de manera rentable y sustentable.

Gracias a este programa, Bonni Lynn, de la zona de Tegualda, podrá comprar una máquina que le permitirá reducir los costos de tratamiento de la lana que extrae de sus alpacas, ya que actualmente el 80% del costo de su trabajo de tejidos a telar se los lleva el tratamiento previo que le hace a la lana (encardado, lavado, secado, hilado, entre otros).

Con ello, Bonni, quien lleva adelante esta actividad hace 14 años, profesionalizará aún más su actividad.

La osornina Ana Vargas será otra de las beneficiadas con este programa, que le permitirá aumentar las proyecciones de su tejido a telar. Con los fondos aportados por Corfo y ella podrá comprar un vehículo con el cual trasladar sus trabajos a diversas ferias.

"Paso saliendo a ferias y exposiciones, mostrando mis tejidos, y para mí lo más necesario es comprar un vehículo para andar trayendo mis cosas, sin pagar flete, locomoción o pidiendo prestado", comentó la artesana en tejido huilliche.

La directora regional de Corfo, Marcela Bravo, sostuvo que los programas de emprendimiento local son una ayuda importante a los emprendedores, sobre todo a los más pequeños.

"En el caso de este PEL de Camino Real, buscamos potenciar esta ruta turística y crear una nueva forma de generar valor a través del turismo y que estos empresarios aprovechen esta oportunidad para seguir creciendo", dijo Bravo.